jueves, 25 de octubre de 2012

EL DESAHUCIO HA ASESINADO A DOS CAMARADAS

El artículo 143 del Código Penal debería ser como un bate de béisbol en los dientes de la banca: 'el que induzca al suicidio de otro será castigado con pena de prisión'. Por lo menos debería servir para darles dentera de por vida cada vez que le incaran algún incisivo a las delicatessen que se meten entre pecho y espalda. Porque valiéndose de las circunstancias más despreciables ellos  han impuesto una muerte  traicionera a unos ciudadanos amenazados de desahucio.
Frente a los nidos de ametralladoras de la banca, la mayoría se atrinchera en refugios cavados, mientras sus casas son pasto de la artillería. Pero hay unos pocos que abandonan la trinchera y avanzan a campo abierto acabando atravesados por la munición. Son los héroes que emprenden esa expedición en la que ningún ser mortal podrá nunca sobrevivir. Quien usa del término cobardía para referirse a estas muertes es digno de ser calificado como un hijo de puta. Estas personas han caido en combate y son pues merecedoras de respeto.
Suscribo parcialmente las palabras de Nietzsche: "Quien se elimina realiza algo respetable; quien hace esto, casi merece vivir". Digo parcialmente, porque yo cercenaría de un machetazo el 'casi'.

El artículo 143 del Código Penal debería servir para que el Parlamento recordara que los camaradas muertos, contribuyeron con sus aportaciones dinerarias al reflotamiento de los bancos que les han ametrallado cuando iban desarmados... El enemigo no tiene piedad. Al Parlamento se le supone ser el 'representante' de la soberanía popular; y se le supone estar en el mismo bando que el de los dos 'representados' muertos.
Yacen en mi memoria, estos camaradas fuertes, que al extremo de la muerte llegaron. Yacen en mi memoria para que la parca de mierda no se apunte la victoria y se muera de asco.

lunes, 15 de octubre de 2012

SALIVAZO TRES

Si Heráclito creía en la unidad y la multiplicidad y las aceptaba como verdaderas y existentes...¿No deberíamos heraclitizarnos antes que europeizarnos?

domingo, 14 de octubre de 2012

RAFAEL HERNANDO LE SACA LA NAVAJA AL JUEZ PEDRAZ


Dijo el PPartido del gobierno que usted, señor Juez, atacaba a los miembros de la Cámara. Que la frase “por la convenida decadencia de la clase política” era un arma arrojadiza de afilado cuchillo y mango relleno de TNT cuyo blanco eran los reputados diputados del PP y la compañía. Sin embargo, para el reputado diputado PPopular Rafael Hernando, "pijo ácrata" es como una plumilla de golondrina que vuela inocentemente mecida por el viento. En fin... ¡en fin no, que se abra de nuevo el telón!
 


Cuando el PPartido se ve al espejo ya arrugado y medio consumido (¡mi madre, qué viejo estoy!) es propenso a celebrar unos rituales cuasi esotéricos para invocar a los arcanos de la eterna juventud: congresos extraordinarios en los que se 'elige' por aclamación a un nuevo candidato, o en otras ocasiones se da una ceremonia de redescubrimiento del mismo de antes pero acicalado de otra manera y obligado a mantener una sonrisa dentífrica casi hasta el extremo de la dislocación de mandíbula. 


 
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿es ese envejecimiento producto del desgaste? En caso afirmativo una renovación de caras sirve para salir del entuerto. Pero el 25-S viene a decirnos que pese a nuevas caras, el envejecimiento persiste(¡no nos representan!), lo que nos lleva a la siguiente cuestión: ¿no será más que desgaste una decadencia programada como así ocurre con los organismos vivos? En la decadencia de los organismos vivos pesa más el control génico que el desgaste producido por el ambiente. Trasladando esto al mundo de la política sería legítimo aventurar que el sistema bajo el que funcionan los partidos, el tipo de democracia bajo cuyas normas se desenvueve la vida política, ha envejecido independientemente de la acción del entorno, está a punto de caducar por ley de vida y ya no da el pego con los avíos del maquillaje. Quizás no acierten a ver con tanta nitidez y sinceridad más allá de la zanahoria colgante, como sí lo hacían los publicistas de los años 90: su preocupación era que a partir de los 30 empezaba la decadencia profesional y a partir de los 40 la marginación laboral. 



 
Señor Juez Pedraz , usted ha descrito un hecho triste constatado por más ciudadanos que votantes en las elecciones generales y por ello ha sido vuesamerced objeto de la agresividad verbal en la forma de un 'indecente' dirigido a usted por parte del diputado Rafael Hernando. Agresividad que en este caso es ejemplo palmario del otoño de la clase política, porque los 'inaceptable', 'impresentable' e 'intolerable' que el escocido político del PP vomita hacia su persona son ya hojas secas, amarillentas y muertas que la ciudadanía pisotea en su cansino pasear. 

La agresividad del portavoz adjunto del Grupo Popular es un acto instintivo destinado primordialmente a la conservación de su especie/partido, ahora que todo son enemigos, conjuras judeomasónicas y ansiolíticos para salvar la jornada con dignidad. Pero disimule vuecelencia cuando el diPPutado Rafael Hernando cuestiona su capacidad jurídica por puro vociferar y patalear, porque discerniendo el auge y el decaimiento de este adversario es como se conoce el estado de las cosas en el campo de batalla, que es en lo que se ha convertido la vida pública: esos estados de conflicto y lucha que algunos portavoces propician, los que para Locke son sinónimo de brutalidad y decadencia.
A pesar de esa menopausia argumental que lleva a Rafael Hernando a hacerle responsable de cualquier acto de intimidación, acoso o agresión que pueda producirse contra cualquier representante de la soberanía nacional; a pesar de esa violencia política contenida en la frase: "Aunque pretenda ir de pijo ácrata, en realidad es un juez"; a pesar de esos tics del antiguo régimen (como por ejemplo, ese "españolizar la enseñanza", que literalmente era propósito perseguido por la Junta de Defensa Nacional en 1936); pesares que todos esperamos pasajeros, los ciudadanos viven todo lo libres que les dejan, y protestan y se manifiestan porque todo indica que parecen haber nacido para la libertad y no para la esclavitud de un animal de carga (omnes autem homines natura libertati studere et condicionem servitutis odisse; hasta Julio César, uno de los referentes de Rafael Hernando, ése del que el Ingenioso Hidalgo Don Quijote dice que "fue notado de ambicioso y algún tanto no limpio", cayó en la cuenta).
Esta cuenta toca a su fin, sin olvidar cuán bajo ha caído un partido político que forma un círculo protector de las íntimas miserias de su 'porta-vocerío' adjunto que de nuevo ha quedado con el culo al aire.

Rafael Hernando es un profesional de la política y se le supone profesionalidad también en la vaina de la imagen. Pero hete aquí que pese a vestir un peinado y una pose similares a los del Juez Pedraz, que por otro lado no es profesional de márketing ni de publicidad, la imagen de éste es infinitamente más mediática y más cercana a la ciudadanía/aldeanía que la del diPPutado. Por ello, y antes de bajar el telón, quiero dejar constancia de que aprecio cierto tufillo a orgullos escocidos y frustraciones hirientes. ¡Que alguien pulverize ambientador para disipar ese olor a sobaquina rencorosa de Salieri, no vaya a ser que Mozart se resienta de la pituitaria!
Ahora sí, telón y luces fuera.

lunes, 1 de octubre de 2012

SALIVAZO DOS






"CADA MAESTRILLO HA TENIDO QUE COMERSE ALGUNA DE LAS HOJAS DE SU LIBRILLO"

¿DEMOCRACIA o a CRACIA do DEMO?


Aristófanes era un comediante que no tenía gracia ninguna... una cosa es vivir del chiste y otra ser chistoso. ¡Y que viva José Luis López Vázquez! Este beatona y conservador de Aristófanes, dejó escritas unas palabras que he pescado a anzuelo:
"No tienes más que ver a los políticos en las ciudades: cuando son pobres son
honrados con la gente y con el Estado, pero en cuanto se hacen ricos a expensas del erario
público, en seguida se vuelven unos sinvergüenzas que conspiran contra el pueblo y
luchan contra la democracia"

Hacerse rico a expensas del erario público, sinvergonzonería, fraude, corrupción...¡Ah! estas notas musicales suenan tanto en mi cabeza como esas coplillas de triunfitos y gorgoritos músico-televisivos que tanto dinero dan al sector de los analgésicos... y se me saltan las lágrimas de la otitis. Los nombres de esos hacedores de riquezas cambian pero bajo esos nombres cuelgan las mismas vergüenzas.
Esas acciones censurables de los políticos que son amenaza y conspiración contra la democracia ¿vienen del espacio exterior a ésta (la democracia) o, por otro lado son una consecuencia de ésta... una infección del más acá, más que una gonorrea del prostibular más allá ?
Los filósofos, 'inocencicos' ellos, confiaban en que la democracia, el gobierno del pueblo, la soberanía popular (que tan bonito suena oiga, aunque ya hiedan las versiones orquestales por muchas y por chabacanas), fuera la perfección social: la democracia sería algo tomado al asalto sin resistencia ni escabechina por la sociedad civil, quien edificaría ladrillo a ladrillo (con perdón) desde abajo hacia arriba un Estado cuya forma de gobierno fuera en la cúspide tan democrático como en la base. Bockelmann, 'animalico' él, lo veía de una manera más simple y más esclarecedora: una sociedad donde el otro no es mejor ni peor, sino distinto... ¡Qué bonito!
Es la hora de las matemáticas:
La democracia, tan helena como la geometría euclídea, adolece de sus mismos errores. Si hay algo que caracteriza a la geometría euclídea es que es una idealización nacida de la mente humana, una solución particular de algo más abstracto y menos humano aún. El hombre occidental beatón y conservador como Aristófanes, ha cerrado filas en estas antiguas ideas sin cuestionarlas durante siglos hasta el extremo de hacer ver de forma forzada a la naturaleza como un universo euclídeo, cuando relamente no se ven líneas rectas por ninguna parte, ni paralelas, ni planos, ni esferas... ni absolutos, en definitiva.
- Si esta pieza del puzzle no encaja, la golpeamos y la recortamos hasta que entre en el hueco, ¡cojones!
La democracia viene a ser una versión filosófico-política de esa geometría de cuento de hadas que le salió por ahí a Euclides.
Los políticos sabedores de este espejismo, de esta idea que por muy extendida no deja de ser endeble y hasta ficticia pero que les sirve de blando colchón para sus golferías y tradicionalismos, se encargaron de propagarla aún más a la mayoría, al populacho, a la plebe, a la masa, el pueblo soberano (y viva el brandy), para atraer participación ciudadana, votos, en defintiva poder... poder oligárquico.
-¿Para qué vamos a quitarles la ilusión si son tan felices así, las criaturitas?
Según Diderot, el hombre de espíritu ve lejos en la inmensidad de los posibles, el idiota no ve nada posible más que lo que es. Al hombre de espíritu se le llama en el mejor de los casos posibilista, partidario de la posibilidad del poder democrático, también se le califica por esta actitud de temerario; en el peor y ya puestos a echar pestes por la boca para dejarle fuera de juego de forma antirreglamentaria, se le cuelgan los sacos 'benditos' de antisistema, radical, marginal, antisocial y hasta terrorista. El idiota, a diferencia del hombre de espíritu, es más pusilánime, más político, dispuesto a medrar hozando en el lodazal que ha preparado la participación ciudadana para mayor gloria de la partitocracia. Los partidos políticos optaron por ser realistas, por no ver como posible nada más que lo que es, como los idiotas, por ser partidarios de la realidad del poder oligárquico que obliga a andar con la cabeza agachada y a no ver la que se viene encima (llámese crisis del ladrillo, hipotecaria, o como gustare al lector).
Las grandes decisiones en nuestra democracia cañí-parlamentaria, las toman los representantes de los ciudadanos... siempre se ha dicho esto. Pero ahora se oyen cada vez con más frecuencia y desde
más sitios, que esas decisiones necesitan del previo consentimiento de quienes de verdad detentan el poder: los que tienen el dinero, los títulos valores, las mayorías en los consejos de administración de los grandes monstruos empresariales a cuya sombra vivimos. Y la realidad del día a día que se nos cuenta, no por un puñado de medios oficialistas, sino por una pléyade de pequeños medios alternativos a la propaganda, es que con ese dinerón es con el que consienten que alguien permanezca en el poder político, con el que asienten cuando la cabeza del representante de la soberanía popular se vuelve para pedirles aprobación, y con el que mienten por medio de su séquito de voceros.
Esa propaganda es la que sale de las bocas de nuestros dirigentes políticos a la cabeza y de los medios de comunicación en el pelotón, en forma de varias coplas tituladas 'transición', 'pueblo español', 'fiesta de la democracia' y sobre todo 'consenso', mucho 'consenso' para dar y tomar, para repetir hasta niveles pantagruélicos. ¿Qué es ese consenso del que tanto hablan? ¿Es bueno, milagroso, políticamente balsámico? La Constitución, se nos dice que fue establecida por consenso. El consenso es la coyunda de los puntos de vista de unas pocas personas, que , hete ahí, se erigen en una especie de illuminati legitimados por a saber qué entidad ectoplasmática de maravillosos poderes, para establecer las reglas de la libertad, políticidad y fraternidad . Unos pocos dictan para otros muchos sin preguntarles a éstos. Este puñado de 'elegidos' le ponen el disfraz de democracia con su camisita y su canesú a una oligarquía de petit comitè, para ocultar la fealdad e inmoralidad de ese pacto. Y por fin, ¡tachán!, aparece tras rasgar el envoltorio plateado, banda de música, curata, picoleto, alcalde, fuerzas vivas y tijeretazo a la cinta inaugural, el régimen de partidos. Aunque no responda a las reglas de la democracia formal ni a los ideales de aquella democracia de los filósofos, el producto ya ha sido presentado al público como algo inevitable, como lo mejor que nos podía haber pasado, con música de fanfarrias y fuegos de artificio, y bien maquillado y engominado para asombro de los boquiabiertos.
¿Cuál es pues la fórmula mágica para mantener este sistema alternativo a la dictadura sin levantar sospechas entre un populacho desinformado pero no completamente tonto, por haber sido escaldado recientemente? El aprendiz de brujo ha tirado del libro de magia y ha usado el conjuro del sistema proporcional de listas, acorazado por una ley electoral: el futuro de la partitocracia queda asegurado sin ofender a los súbditos y haciéndoles ser, a su vez, colaboradores necesarios. Aprobar la ley electoral es poner la primera piedra de la oligarquía de partidos, una suerte de muro que cierra el camino a la democracia y que hace vivir a los gobernados y al pueblo soberano (de brandy, fútbol y farias), bajo una oligarquía de partidos o partitocracia, que tanto monta. Se les hace ver que más allá de ese muro está el peligro, la nada, el caos, la anarquía y la dictadura, y que más acá está el paraiso democrático 'con sus virtudes y sus defectos' como siempre se agrega para darle una nota de autenticidad.
El papel que acogía a la palabra democracia ya está reseco y amarillento, y hasta algunas manchas de moho le han salido... cuando la hoja era inmaculada, la democracia garantizaba un gobierno acorde con los deseos e ideas de la mayoría. Pero esa garantía ha pasado a mejor vida casi después de su parto. Y la mayoría ha sido víctima de una estafa (eufemísticamente 'error') por la cual se ve obligada a concurrir a elecciones de forma sistemática, las cuales -experiencia manda- se han demostrado estériles para alcanzar esos deseos e ideas que figuraban en la letra grande del contrato de garantía ya caducado. Esterilidad que ha conducido al callejón sin salida de la dictadura de los intermediarios político-financieros. Si era previsible o no el desenlace de esta tragedia, o si era un deseo materializado de forma premeditada desde el principio, eso ya constituiría el planteamiento de otra narración. Pero lo que sí es observable y comprobable es que en vez de una democracia real, estamos inmersos en un régimen partitocrático u oligarquía partidista.
El precio que estamos pagando por mantener en la lista de ventas este cuento de hadas desesperanzadoras y hados corruptos, que sin la Europa de los Bloques ya ha dejado de ser útil, de ser leído y de estar de moda, es demasiado alto: en este año 2012 ese precio ya se ha traducido a números y a lágrimas.

"Nadie conoce toda la amargura de lo que aguarda en el futuro. Y si de pronto apareciera
como en un sueño, la negaríamos apartando los ojos de ella. A esto le llamamos
esperanza." - Elías Canetti