domingo, 18 de abril de 2021

ULTRA MONARQUÍA

     El cojeo monárquico de la ultraderecha, el gusto por el absolutismo monárquico de aquellos para quienes el poder legislativo de las Cortes en manos de quienes ellos no son, es una gestación condenada al aborto... apesta, apesta como la risa de un cura bendecido con halitosis . ¡Cuán dañoso es el patriotismo a la patria! Apesta ese fétido gusto, no porque la aspiración de estos cojos sea la de ser los favoritos del rey, apesta porque para serlo no contemplan andar por el camino donde la adquisición de méritos se consigue a base de esfuerzo y juego limpio (todo lo limpio que deja un régimen ya consolidado en el apadrinaje), sino que optan por el atajo del verso injurioso  hacia aquellos con méritos y diligencia más que sobrados.

Como botón de muestra de esas  unidades insultantes sin medida, renglones torcidos por la ultraderechería, he aquí los siguientes entrecomillados  proferidos por la legión de  militantes de la camisa nueva:

De una puta sólo puedes esperar putadas.

 La tiparraca esa es una embustera.

Golfa hija de puta.

Inútil, cobarde y mentecato.

Basura y gentuza.

Acojonado y sinvergüenza.

Lameculos de Macron.

Bruja.

Mafia de energúmenos.

En ''La justice criminelle à Strasbourg'' de R. Reuss, se nos describe cuán severamente era penada la calumnia cuando se cuenta que en Estrasburgo, en el año 1451, un hombre que había acusado a una mujer de maleficium, incapaz de fundamentar su acusación, fue arrestado, juzgado por calumnias y ahogado en el río. Hay libros cuya lectura debería ser promovida desde la infancia como vacuna contra los infecciosos  promotores de la injuria y viciosos de la calumnia en el coso taurino de la cornuda política española, donde los que mejor torean son los que se mantienen en su escaño por la industria del nefarium.

¡Cuán vacío es el discurso del patriota, que hunde al hombre inmortal en el cieno de los abanderados!

   Cojean los ultras como cojeaba el señor Suárez, uno más de aquel enjambre, de aquella colmena de personajes celianos;  cojean los plagiadores del entrañable señor Suárez, vestidos con una chaqueta que les queda algo corta, por eso de tanto cambiarla, y unos pantalones algo más ceñidos de la cuenta, como de torero, sólo para marcar el paquete del patriotismo rojigualdo; cojean los ultras casi como retratados por el maestro Camilo José Cela,  sonriendo electoralmente y ahora llevan la cojera algo temblona, como estremecida; ahora llevan una cojera casi cachonda, una cojera coqueta, casquivana, electoralista... como recién salidos de La ColmenaEse grupo de patriotas que con su postureo intenta llamar la atención tanto de la corona como de sus siervos, son una pandilla de españoles rojos y amarillos a partes desiguales, sin ceros a la izquierda, con la única finalidad de establecerse en el poder bien sea a través de una súbita interrupción de las normas jurídico-políticas para dejar la puerta abierta a un gobierno que ofrezca otros programas, aunque no los cumpla (nada nuevo bajo el cara al sol), o bien poniendo fin a un estado de cosas que no debe prolongarse 'por el bien común' o 'por la patria', para acabar con unos muy patrióticos ceros a la derecha por eso de que su ídolo y dios evangelizador daba a los elegidos para mandar, en el momento de nacer, la patente de corso para dominar. Los patriotas nacidos en la cuna del cristiano viejo somos 'asín', una ola de barbarie en la política, una crecidita catástrofe nacional,  de memoria selectivamente disminuida cuando no cercenada, para que  se filtren en ella los inconcebibles rudimentos del fascismo hecho ya contemporáneo.

   El dirigente de la Voz de los Superderechones, que no ha mucho  ha tirado de fondo de armario para lucir nueva chaqueta, más ceñida, con los botones a punto de proyectarse como balas, decía en su día “No me molesta en absoluto el colectivo LGTBI”; pero después de una sombra aquí, una sombra allá y un Sol y Sombra, las ultraderecheces se estrenaron en el Senado vetando una declaración contra la LGTBIfobia en el deporte. El señor Suárez,  hijo putativo de Cela,  desde la acera de enfrente le dice al jefe de la cosa verde aquello de ''¡Descarado, más que descarado! ¡Eres un carota! '', sin dejar de mirar cómo los pantalones ajustados del viril,  muy español y macho español hacen posturitas cimbreando el paquete. 



   Ese súbito monarquismo de la formación VERDE (Viva El Rey De España), puede que no sepa ubicar ni en el espacio, ni en el tiempo ni en el pensamiento a Leibniz: ''...los hombres piensan que un espíritu dogmatizante es señal de su celo por la verdad, y sucede todo lo contrario...''; y si lo sabe, disimula muy bien el despecho que causa el analfabetismo funcional cuando es sorprendido con el culo al aire y las almorranas a sotavento.


 El “Yo no soy facha” seguido del “Facha es lo que piensa y siente la inmensa y sana mayoría, la gente decente” de Abascal, es un ejemplo palmario de su sinceridad; ultrapolíticos de mucho juramento y palabra tan de poco fiar como la de un agente doble, que constituyen un mosaico tan fragmentado y heteróclito que no merece la pena detenerse a evaluar la nómina de sus ocurrencias que son como  billetes falsos que se están colando en los bolsillos de los tenedores de buena fe. Son de esa especie que una vez sorprendidos con las manos en la masa, nunca afirmarán ni ratificarán ser lo que son: pillos, tunantes, infames, bribones, estafadores y otras lindezas con más arrobas en la ofensa... toda acusación sería calificada  de una causa general contra ellos por ser más patriotas que el desconocido padre que se folló a lo-la-le que dio a luz esta patria. Y si delante de la policía  y durante un mitin de la 'Voz', uno de sus  'camisas verdes' de la 'Sturmabteilung' cañí, le dice al joven que protesta con su voz contra los fascistas de paisano, "Te voy a pegar un tiro, maricón. Te voy a pegar un tiro esta semana",pues aquí no pasa nada y eruptando de nuevo, eso de  “Facha es lo que piensa y siente la inmensa y sana mayoría, la gente decente” de Abascal, todo el españolerío contento.

Sobre no tener carácter compatible con la civilización y  no ser capaces de producir emoción al raciocinio, los ultra-cornúpetas también están faltos de gracia y no son originales al manifestar  querencia   por la monarquía. Antonio Muñoz Perea, yerno del ultraderechista Blas Pinar, y actuando como letrado defensor del capitán Pascual Gálvez, declamó con voz estentórea aquella petulancia irresponsable del que desconoce la historia y es sobrado conocedor de ''nuestra historia'' :


«... De ese alzamiento nacional nació el régimen del 18 de julio, que entronizó a nuestro actual Rey Don Juan Carlos I, que antes, en el tiempo y fondo de ser Rey constitucional, es, por origen y por voluntario juramento, como Príncipe y como Rey, el Rey del 18 de julio.» Cosas estas del yernísimo que aún no tienen claras los VERDES de Abascal pese a constituir la etimología de su formación/deformación política, quizás por eso de haber crecido bajo las faldas de Alianza Popular, aquellos traidores a Franco que bailaban entre el reformismo institucional y la extrema derecha neofranquista nacional-populista según conveniencia y que brincaban bajo el influjo del horterismo discotequero del Partido Popular.

 Y es que no hay que asustar al voto, aunque sea a costa de mantener escondidos los principios inamovibles bajo la alfombra. Sería impensable un ''Yo no soy facha'' en boca de Blas Piñar, quien dejaba las cosas claras tanto en público como en privado: ''Si por facha se entiende un hombre católico practicante, que ama profundamente España y que está dispuesto a sacrificar todo lo que tiene en sus manos por su España... Pues sí, yo me considero facha.''


    El golpe del 23-F dejó gravemente herido al electorado de Fuerza Nueva, la extrema derecha de entonces; la gran mayoría cambió la chaqueta para pasarse a la Alianza Popular de Fraga, aquel a quien Tejero, cuando abandonaba el Congreso le espetó aquello de “Usted peor que Carrillo”. La chaqueta cambió con los años la etiqueta de AP por la de PP. 


Y de nuevo tocó la 'desvestidura' de la azulada camisa bordada con el PP de ayer, para investirse con la de color VERDE, que el oportunismo acomodaticio y la sucia hipocresía mandan.

    Y pese a que en la intimidad y comadreo de los militantes de Bocs, la monarquía actual no es vista como una monarquía auténtica, sino como una Corona desprendida de la institución monárquica y puesta sobre un régimen político que nada tiene que ver con aquella institución original, bajo la tutela del franquismo, y pese a la añoranza de base hacia aquella monarquía ajena a la Constitución rupturista de 1978,  sus representantes políticos, los 'Vociferantes' hacen posturitas ante Felipe Sexto para arrimárselo a la cebolleta y también ante el electorado en busca del voto del miedo, el voto del 'por el interés te quiero Andrés', intentando seducir más a los interesados que a los idealistas, en esa maquiavélica lucha descarnada por el poder en que se pueden utilizar todos los medios para alcanzarlo.  

Estos 'ultramonarquistas' me recuerdan en el fondo a Marin Stefanescu, miembro de la organización Arcángel Miguel , concretamente al Marin Stefanescu que tras ser herido en la guerra del 14 se volvió loco, tal y como relataba Emil Cioran en una de sus conversaciones con Lea Vergine. Un Stefanescu con una locura que era un puré de fascismo, misticismo y fanatismo religioso , y que se confunde, desde la actual perspectiva, con el  demencial partido de los VERDE españoles gracias a unos aforismos que entonces hacían reir a Cioran: "Nuestro país está amenazado y nos sacrificaremos todos por la patria" y que ahora no nos hacen ni puñetera gracia, por capricho del sistema de referencia.

    El palomo utiliza las dos patas para montar a la paloma, pero si es cojo, se supone que no puede... Quién sabe si el cojeo monárquico de la ultraderecha le impedirá montar a la democracia. Haya o no cojera , me apoyo en las palabras de Isaac Bashevis Singer  '...El hombre, en tanto que especie, se merece todos los azotes que recibe...'; me apoyo en ellas como el anciano se aferra al bastón salvador del amenazante guarrazo.


    

   

   

    

domingo, 11 de abril de 2021

¿ME LO FIÁIS POR LA EXTREMA DIESTRA, POR LA EXTREMA SINIESTRA O POR EL FANGO QUE HAY EN MEDIO?

 

¿Por qué levanta sospecha el político? ¿Es precipitada esta sospecha?

Atendida la hora avanzada de la democracia en la que estamos, se peca casi más de dilación que de precipitación al sospechar. ¡Míralo ahí, si hasta los alguaciles le han echado el ojo antes que nosostros.! ¡Nos la ha dado bien dada!

El político ha huído en más veces que dedos tiene la mano en cuanto ve llegar a la justicia y casi en tantas ha sido detenido, pero sin dejar de decir eso de que ''agradecemos la confianza depositada en nuestro Partido, esto son casos aislados, siempre tiene que haber un garbanzo negro, hasta en las mejores famiglias, tenga por seguro que las consultas, incidencias o reclamaciones de nuestros afiliados y simpatizantes, son de suma importancia para nosotros'' ;un hilo musical que deja al oyente hipnotizado o idiotizado ¿Una retahíla de zafias palabras que se vomitan con la pretensión de desviar toda sospecha de sus perseguidores?

De entre los que quedan por detener, los más hábiles en camuflarse a la sospecha, los menos tontos, unos ojerosos ojos avizores tras visillos de encaje  clavan las pupilas en los deambulares nocturnos de esos honorables e 'ísimos' representantes de un puñado de provincianos circunscriptos, quién sabe si de andares con garbo pero alevosos. Sin prisa y cada vez más sin pausa, se van rodeando su persona y sus actos de una casi invisible tela pegajosa de desconfianza y hostilidad. ¡Cuán ciego es aquel que no ve por tela de cedazo! Siempre que el cedazo no esté cubierto de mugre y abandonado intencionadamente a toda suerte de limpieza.

¿Por qué esa desconfianza de los feligreses hacia su pastor?

Al ciudadano y el aldeano aún no le han restituído la confianza de que no serían acometidos de nuevo por la agresión política, sobrazo va de dinero público, sobrazo viene al bolsillo privado del defensor de lo público; ni seguridad les fue dada, pues podrido estaba el fruto del castigo, tan blando y pasado que no llegaba ni a escarmiento; al aldeano y al ciudadano las 'controvertidas' palabras de esperanza de Marco Anneo Séneca: '' Los dioses inmortales son sin duda lentos, pero seguros, a la hora de dar escarmiento al género humano, haciendo recaer los castigos más severos sobre las cabezas de quienes los han ideado y así, cuando cambian merecidamente las tornas, lo que cada uno ha maquinado para suplicio de otro a menudo acaba sirviendo de modelo para el suyo propio. '', le resultan desesperantes. Y, recordando a Antonio García Trevijano, ''...Es legítimo que la sociedad se defienda contra las agresiones a la dignidad cometidas por la descarada grosería de la vida pública partidocrática.'', cuando la defensa se basa sólo en la desconfianza, en un agredirse mutuamente a golpes de algodón de azúcar, el ritmo machacón de ''el que espera, desespera'', hace trizas el ejercicio del derecho a la defensa. Nada del público 'castigo' merengado contuvo al político en su inercia de seguir robando de la caja de las fondas, de las pensiones, de los hostales y de los hoteles, para convertirlo en dádivas a los cuatro banqueros de siempre y a los cinco empresarios en la sombra, a cambio de sillas, cargos y estipendios vitalicios; y en la cabeza del ciudadano/aldeano han arraigado las semillas de la desconfianza y el sobresalto hacia un grupo, no tan reducido como se portavocea, de 'representantes del pueblo' que ejercen el privilegio inmerecido sin complejos y padecen el control político y fiscal con unas restricciones de vodevil.