sábado, 29 de diciembre de 2012

jueves, 6 de diciembre de 2012

SALIVAZO SEIS

En la Edad Media, aquellos que se alimentaban de la caza y de los asados de carne, miraban con cierto aire de indiferencia y desprecio a aquella chusma  del puchero hortelano. Hoy en día, la cuchara que mece el puchero tiembla al sentir el trajín de los que buscan en los contenedores.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

DOS TONTOS MUY POCO TONTOS: DICTADURO Y DEMOCRACIO

¿Son realmente tan distintas la democracia representativa y la dictadura cuando se las compara? ¿Una buena y otra mala? ¿Una, quienes la conocen, es por cosas de virtud y la otra un poco díscola y malcriada? A lo mejor no tanto como nos hacen pensar.

En una dictadura, aquel elemento molesto y que supone un peligro para la permanencia del régimen, en el peor de los casos se le ejecuta sumariamente; en el mejor se le encarcela, preferiblemente de forma perpetua,si no es que también se le somete a tormentos por aquello del cristiano 'castigar la carne' que tanto ha pesado en las legislaciones penales posteriores.

La democracia no hace esto. Utiliza otras armas. Para las partitocracias, aquellos individuos molestos (antisistema y anarquistas) son objeto de investigación: se indaga en su vida privada y en su vida pública, a sus familiares y amigos y a sus compañeros de trabajo. Se recopila información hasta encontrar una saeta y un talón al que disparar. El resultado es el hundimiento y naufragio tanto personal como profesionalmente. Esto se realiza en defecto de detención, enjuiciamiento y prisión.

Hay en esta conducta de los dos sistemas, tan cetrina como alevosa, un componente tribal y por ende jerárquico: el enemigo de la tribu o del sistema o es expulsado/marginado o es ejecutado/enjuiciado. Es ese paletismo atávico del 'todo en y por la desigualdad'.

La diferencia de la partitocracia con la dictadura es que es un sistema donde se alternan dos o más tribus. Aunque comparten territorio y sistema, estas tribus no conviven pacíficamente. Tan pronto como un partido conquista el poder mediante el mayor número de sufragios, lo que le permite controlar todos los resortes del gobierno (un cierto tufillo en esto a su prima la dictadura), el marco legal le faculta para encerrar a la minoría en un establo durante el tiempo en que dure su mandato: es el papel del representante de la soberanía popular o intermediario que se ha hecho con el control del negocio al hipertrofiar su rol de acuerdo al marco legal, (todo por el partido y dentro del partido), algo que va contra la democracia misma en su sentido más literal: nuestro siglo nos ha demostrado más de una vez que la idea de 'representación' es una idea de 'usurpación'.

Hasta en sus nombres se parecen las dos formas de gobierno: la dictadura se llamaba a sí misma democracia orgánica, para parecer más una muñeca Nancy. Lo de ahora, que es una clara oligarquía de partidos o partitocracia, se llama así mismo democracia representativa, para parecer más una Barbie (los tiempos corren y los juguetes cambian, pero siguen siendo juguetes, tienen un misma finalidad, aunque hayan cambado sus camisitas y sus canesúes)

Los dos regímenes tienen también un nexo de unión religioso,más que nexo un nudo atado y bien atado que cumple la función evangelizadora del grillete mental. Este nexo los hace más cercanos, más parientes, un casi hasta más consanguíneos: el lugar que ocupan los lazos biológicos y matrimoniales que producen los derechos y obligaciones del parentesco natural y 'decente', lo ocupa aquí el cristianismo en sus diferentes sectas. La Iglesia católica (caso español) era sumisa y servil a la dictadura franquista y también lo es con la actual partitocracia 'transicionista'. ¿Por qué? Porque ambos regímenes viven del apoyo de esclavos políticos. Ellos son ese amo superior y necesario para la existencia de la esclavitud, ellos son ese legislador que se encuentra al margen de aquel a quien ordena pero sin soltar las riendas... y un esclavo sea de la clase que fuere, siempre es potencial carne de evangelización y bautismo. En esta línea, y a guisa de ejemplo, no son de despreciar las palabras de Emilio Castelar, el más elocuente y culto de todos los políticos españoles, a decir de ellos mismos, todo queda en casa; quien se definió a sí mismo como demócrata, porque veía en la democracia "la realización del Evangelio".

Tanto dictaduras como democracias se nos han presentado con diferentes trajes de más o menos alta/baja costura. Liberales, neoliberales, socialistas, centristas...por muy alejados del dogma de la iglesia que se encuentren, y hasta si me lo pintas más difícil, por muy anticristianos que sean en su comportamiento, son subproductos de un cristianismo que se ha relajado ventralmente: no podía hacer otra cosa que coincidir con Nietzsche, después de esta singladura que me pedía a gritos desde su botadura, un final así.

Dicho está, aquí he estado yo para escribillo, harto papel ha habido para enviar esta media docena de coces a quien esto escociere. Que la suerte no nos haga encontradizos con la lanza del desairado y que a huevo no nos ponga de ser arrebatados por el filo de la espada del ultrajado. Vale.


Post Data:

Lo más perverso de todo, es que 'democracia' y dictadura', hacia las que he dirigido esta arenga, sean palabras de género femenino, cuando en su aplastante mayoría, esclavistas, usurpadores, evangelizadores y tiranos siempre han sido hombres.

De haber empezado así: "¿Son realmente tan distintos democracio representativo y dictaduro cuando se les compara?", quizás el tono se le hubiera asentado peor a los oídos de la jurisdicción penal...