miércoles, 27 de julio de 2016

UNA BORRACHERA DE 26 LITROS DE JB HAN SIDO LAS ELECCIONES DEL 26 J

El Estado,  en lamentable estado etílico, a medio año finiquitado, apenas ha dejado huella de gobernación, ni siquiera desvirgado lo han,  porque fiel a los manuales de beatonas, no ha sido invitado al altar del matrimonio para ser desflorado. Aunque parece oirse como el soniquete de un colchón de muelles en pleno trajín:
“mil, dos mil, tres mil, quatremil….dotze mil; dos milions de peles”.

La derecha ha resistido al desgaste con piedra pómez de la izquierdísima trinidad venida a menos, a menos de tres. Y le echan los perdedores, trinando,  las culpas del gatillazo a la intransigencia y a la incontinencia personalista, a la falta de acto del pacto. Pretendían disipar las líneas rojas y los vetos a soplidos y han acabado silbando ‘El puente sobre el río Kwai’.

La cultura del pacto padece de orejas de burro, de déficit, pero no  como el  déficit de secreción de hormonas de la corteza suprarrenal que en la juventud dota a la mujer de agilidad, nerviosismo y delicadeza, no. El déficit que nos ocupa tiene como efectos secundarios torpeza, languidez, pachorra y zafiedad… el paciente es el partido que ni gobierna ni deja que gobiernen los que no aceptan vivir bajo la sombra de la gaviota; también lo padece una oposición, que por la izquierda aún no se ha recuperado de su mitosis estructural: escisiones, primarias, amancebamientos improvisados… Todas estas carencias han alimentado meses de gobierno en funciones, con dos cojones: los del estado de derecho algo torcido por torticeros lastres cargados a un hombro… Qué sonrisa forzada dibuja la boca al recordar aquello de ‘arrimar el hombro’.

El acontecimiento político más prometedoramente trascendental, y después de metido, nada de lo prometido, sino una mortal decepción por verse el sueño irrealizado y la desesperanza abonada y revitalizada ante otro futuro de incertidumbre y sobras frías para engañar al hambre,  han sido las segundas elecciones del ‘veintiséis jota’, que han servido para lo mismo que las primeras: para que la incapacidad de dar respuesta al nuevo mapa del tesoro político donde las mayorías y las alternancias ya son historia, vuelva a hacerse un hueco, otra vez, en el día a día de la crónica política. Pero donde la preocupación y el abatimiento social siguen escalando nuevas cimas, mientras los ciclistas de la política pedalean para ver quién cruza primero la meta de la Moncloa, el paraíso del trapicheo, del menudeo y del mamoneo presupuestario. Y los empresarios siguen contando billetes distraidamente y en voz alta para no equivocarse, todo sea por el rigor económico y la austeridad.

El veintiseis-jota tiene la culpa de todo, esas elecciones que ni han recolectado razón ni justicia, porque el precio no ha sido en valor igual a la cosa que nos han vendido y los sufragadores han preferido quedarse en casa en una cantidad mayor que en las erecciones invernales.
  “Mil, dos mil, tres mil, quatremil….”
Ahora todos tienen prisa, pese a la victoria, porque ya tenemos bien sabida la letanía de que todos ganan aunque sea rebuscando victorias entre las ingles de los arcanos. Hay prisa por el miedo a que una tercera convocatoria le siegue el cuello al que tan azarosamente lo ha salvado en la segunda. Y otros no disimulan impaciencia por sentar sus posaderas en los sillones del privilegio por antonomasia…el guión ni siquiera ha sido retocado desde diciembre, sin adaptaciones, clavadito tú.

La apremiante necesidad que exige el país de ser gobernado no hace ascos a los apoyos ni a los criterios que se les presenten, ni a que los partidos cambien o maticen sus posicionamientos. 130 millones son 130 millones, aunque no sean de comisiones ilegales de proveedores distribuidas entre los miembros más selectos, responsables y honrados del partido que gobierna en funciones y hasta del que funciona sin gobierno; millones de nuevas indefiniciones, incertidumbres y elementos de confrontación que empujan a la turba para incinerar a más de un político en la pira en cuanto se descuide. Y los proyectos de ley y presupuestos generales del Estado sin estrenar.
Los partidos políticos más destacados en las elecciones nos ofrecen, con pocas diferencias aritméticas, análoga situación a la que ofrecían en la anterior convocatoria: tiras, apropiaciones indebidas, aflojas, fraudes fiscales, afloja tú si eso…, falsedades documentales, reuniones, declaraciones, ‘Marisas Gallero’ tirando de la lengua a tesoreros, maquillajes financieros y contactos… entre adultos (Soy muy abierto políticamente y dispuesto a todo.Dante y tomante. Ni cobro ni pago. Puro vicio).

Todo se parece un poco a lo de ayer: las rondas de vinos, las rondas de contactos, ‘aspiraciones a’ y suspiros de España. Pese a la concentración y conjunción planetaria de siglas, personalidades, personajes y agrupaciones de grupos antes emancipados, hoy amancebados y haciendo corazoncitos, la sombra de la convocatoria invernal sigue siendo alargada…Hay partidos separados los unos de los otros más por cuestión de marcas y márketing que de principios o coincidencias ideológicas: varios partidos por la derecha y otros tantos por la derecha que se hablan lo justo.
Pese a los buenos augurios que se le videnciaban a algunas concentraciones, los resultados sólo han revelado su fracaso. Los pagos en B de donaciones ilícitas han sido vitoreados por un electorado de película de Berlanga, lo que evidencia que las coaliciones sólo se avienen bien si son para el robo, el hurto y el descuideo. El comunismo socialdemocratizado ha coseguido reclutar titulares y trending topic más por efecto de la publicidad televisiva y el sermón evangelista extendidos por artifical, medido y deliberada estrategia, que por las virtudes de su doctrina, aún por evaluar.
La imperiosa necesidad de alcanzar acuerdos que permitan la gobernabilidad del país y eviten una tercera convocatoria electoral puede terminar en un nuevo remake de ‘desvestidura’ que deje a las mentes preclaras de este país con las vergüenzas al aire, colgando, como espadas de Damocles de variopinto centimetraje.

Un partido de los nuevos, anaranjado como una bombona de butano de las de antes, de las del monopolio, ahora una de las empresas con puertas giratorias, persiste en la idea de agrupar en torno suyo, (complejo de gallina con polluelos psicológicos) a aquellos elementos constitucionalistas, ‘pesoistas’ y ‘pepeistas’, ansiosos de reformas, con la pretensión de garantizar el triunfo de las medidas de modernización y justicia social compatibles con la unidad de España, la responsable civil subsidiaria del fraude de sus gobernantes, pero que está de vacaciones, aireando lorzas y aliviando resacas de sangría calenturienta… guiñol y esperpento.
Casi antes de ayer, en el siglo XX preconstitucional, la bandera enarbolada era la del ‘orden’ y la de la ‘unidad de destino en lo uiniversal’; hoy están de moda más los banderines que los banderones, pero con el mismo regusto rancio en los lemas cañís.
Todos, los castosos y los casposos, son herederos del Sr. Maura, herederos de sus palabras:  ‘la revolcuión de arriba a abajo’, pues todo lo revolucionario, lo reformista y lo regenerador se va a hacer desde las ‘montañas nevadas’ sin rasguños ni contusiones; mientras los rostros exangües de a pie y paso de cebra, que han dado plenos poderes con su voto de representación, pinche y corte tetranual, deben limitarse a ver, oir y asentir a todo aquello que les predican desde los púlpitos de las empresas de comunicación… y rendir genuflexión a las redes corruptas de cobro y reparto de comisiones ilegales, si se tercia. ¿Y los referéndum? El referéndum es una revolución desde abajo, está estigmatizado, es ETA, así que no lo mente.


Pendiente o no de Gobierno, o de nuevas elecciones, si le esperan a España nuevas decepciones, traiciones y usurpaciones marcadas de nuevo por un reparto desequilibrado de los sacrificios por el ‘bien común’ (toma patada en la boca), o le esperan alegrías, dichas y serenidades que dieran lugar a una persecución sin cuartel  de la corrupción, de los déspotas incorregibles y el fraude, eso sólo el tiempo lo ha de decir cuando le venga en gana, bien en una rueda de prensa o desde un plasma… un plasma como esos que permiten acceder al conocimiento de la información que a mí me parece, la cultura que a mí me gusta y sólo lo guapo de la actividad administrativa más próxima a la gaviota viuda; sí, sí, un plasma preparado para sintonizar proyectos televisivos-paelleros como los del popular Alfonso Rus, el contador de estampitas del Monopoly.
Tras el voto del pueblo al partido de la corrupción uno se para a pensar, mientras fuma, el que fuma, mientras se deleita en el olor de la hierba cortada, el que vive en el campo, mientras pasea por la sombra el urbanita, hasta mientras defeca con el bote de champú en la mano y la mirada perdida en el infinito del azulejo que un día dejó de ser blanco, el que goza de regularaidad ventral: demasiados meses de consignas, de tomas de declaraciones, demasiados visionarios entre charlatanes y libertades bajo fianza, demasiadas intolerancias, imputaciones, radicalismo, falsas solvencias, desviaciones de dinero público, inmundicias, hombres de paja,  declaraciones estereotipadas hasta aburrir a los cantos rodados, riadas de aguas políticamente sucias y escasa convicción en los argumentos diferenciadores entre fuerzas políticas supuestamente afines.

Para los partidos y para los medios de opinión informativa, es costumbre considerar al electorado como el rey absoluto de la fiesta de la democracia, a quien es necesario hacerle ver que se le sirve con mucha adulación y muchos dientes blanqueados…también hay tradición en darle la razón en casi todo y nunca discutir sus fallos: la contraria se la deben llevar los intérpretes de esta función teatral, de acuerdo a lo escrito en la obra por los autores y a las anotaciones del apuntador de turno… Desde las tablas dicen los actores suspirar hondamente porque florezca la flexibilidad, generosidad y propensión al entendimiento que abría sus pétalos en los años 70… ni se mentan desde ese ‘tablao’ las asociaciones ilícitas, cohechos, falsedades documentales, prevaricaciones y malversaciones. Guillermo Cabrera Infante en sus divagaciones sobre La Habana, echando humo habano por las narices, afirmaba por intermediación de su mano libre, que la adulación llevaba al adulterio, y debe ser cierto, porque esta pesadez de cabeza que soportamos no creo que sea por un brote de inteligencia sobrevenida.
t
Tras el resultado de estas elecciones, acaso más que nadie, sea él, el electorado formado por millones de familias españolas en paro y a las puertas de la pobreza, un fenómeno acultural digno de estudio y en gran parte digno, al alimón, de censura en tanto que colaborador de los errores, tergiversaciones, faltas y delitos de sus representantes, al otorgarles la confianza para seguir gobernando con el cadáver de la corrupción aún caliente. Los políticos son lo que son, meapilas con ansia viva por controlar instituciones para su medre, porque su privilegiado contrato es renovado por los electores para que sigan blandiendo su arma de jodienda: el BOE.
No falta quien sostenga que, pues el electorado es el que vota, es dueño de imponer su caprichosa predilección por lo irracional de las tramas de sobornos, malversaciones y blanqueo a las minorías… Quien suscribe prefiere que el sostén sostenga dos tetas como el gusto y el sentimiento ético de la vergüenza, que son susceptibles de educación, y que, bien masticadas e instruidas al electorado que hoy divierte su orgullo y su brío revalidando a una trouppe de ridículos y una mojiganga de extravagantes políticos arrimados a la corrupción, pueden mañana deleitarle con un buen sermón, una intachable filípica y una reprimenda electoral dirigida a los hoy absurdos, obscenos, inmorales y dañinos.
Falta esa persona que desde la autoridad y prestigio avalado por una obra contrastada y depurada por todo el mundo , es decir, despojada de toda fama añadida y autoridad jerárquica, emprenda la crítica con todos los signos de puntuación sobre las decisiones erradas del electorado. La finalidad de esta crítica debería ser la de hacer grande beneficio a la Política con Pe mayúscula , arrebatada a fecha de hoy por la demagogia, el populismo y los medios de opinión informativa/deformativa de la Pe popular que adjudica obras y actos públicos a los camaradas…
Debería ser también esta crítica destinada a crear un basamento de inspiración armónica, tarareable, que influyera en el razonamiento y no en la víscera: la aprobación y el rechazo de una fuerza política, hoy en día y vistos los resultados, no es más que la suma de corta-pegas de la opinión de ciertos tertulianos, que fallan por imprecisión, que rezuman prejuicios y holgazanería, ajenos al ejercicio del empirismo, que son contrarios al sentido común y funestos en su resultados para con los sentimientos ajenos. Mientras tanto, el exagerado peloteo, cepillo y adulación, desde la propaganda política, tapona los oidos de los representados.

La sentencia de las urnas, ese jurado de metacrilato, mediante la cual se aprueba o rechaza una opción política, no es más que la suma de opiniones individuales; individualidades influidas por prejuicios propios o impuestos y prosaicas preocupaciones ajenas a la política, al gobierno de lo común, ajenas a la justicia social, la igualdad y la aplicación de un reparto equilibrado de sacrificios
Por eso el respeto exagerado al público es una adulación comparable a la que los palmeros hacen al gobernante inepto, con la sola finalidad de mantenerse en ese círculo de privilegio y poder. “Cobre y cobre impuestos, gaste y gaste, elija y elija, porque la gente es demasiado idiota como para entender la diferencia”, era el consejo que daba Harry Hopkins al presidente Franklin D. Roosevelt

La prueba de que el electorado español necesita quien le dirija sin que se le trate como un rebaño, y quien le guíe por el intrincado laberinto que forman las distintas manifestaciones políticas, viejas y nuevas, anticuadas y novísimas, está en que todavía no se ha establecido ni siquiera una difusa línea divisoria que separe la verdadera política, reflejo normativo de la vida, y el mero arte populista de interesar o entretener al elector en tanto que televidente de programas de vísceras televisivas; cosas harto diferentes una vez que se las compara, pues para la primera hacen falta programas y medidas con escenarios reales, y para lo segundo bastan parlanchines de lengua hábil y rumbosos empresarios de tertulias desinformativas con parentesco cercano a la tele-casquería.


Queda por ver en la escena política que entre con fuerza y a lo punky el triunfo de la verdad, que las necesidades reales de la sociedad, el empobrecimiento de las clases medias y la ruina de la población más humilde, destronen de su inmerecido micrófono al discurso político cocinado a base de aventureros sondeos y mera imaginación propagandística, a lo Donald Trump, hecho por y para la televidencia pasiva y lisérgica. Queda mucho por ver, y cada vez perdemos más dioptrías.
Pero el electorado no acaba de distinguir lo político de lo artificioso y mercadotécnico: nadie ha querido graduarle la vista y corregir esa aberración. La frase, con su sujeto, su predicado y todos sus atributos, del crítico de televisión Javier Pérez de Albéniz dirigida a la televisión española y publicada en The Guardian, resulta esclarecedora para explicar la idiocia y la tele-invidencia que deliberadamente se ha sembrado entre los españoles: “En España los niveles de lectura son muy bajos, el fracaso escolar es muy alto y el desprecio público por la cultura, colosal”. ¡Que llamen a la The Guardian Civil!.

Opciones políticas que fueron delicia de nuestros mayores como el “Votar centro es votar Suárez” , que parecían candorosas como ese “La libertad está en tu mano”, bajo las mismas siglas se nos antojan pálidas agora, quién lo iba a decir del ‘Queremos democracia para todos los españoles’, pese al maquillaje y la cirujía estética. La generosa majestad de las ubres de Javier Pérez de Albéniz nos porporciona más alimento intelectivo extrapolable a la explicación de ciertos resultados electorales: se trata de una “absoluta falta de respeto por el buen gusto o la decencia” firmada por todos los jefes de campaña.
Los mítines de los 80 no conmueven a los mismos que entonces los aplaudieron y vitorearon. Todo ha envejecido, hasta los “100 años de honradez y firmeza” .También ha envejecido el electorado joven: ha rechazado la novedad, un rechazo tan estructural como el de sus abuelos, pese al coqueteo con las nuevas formas y publicidades seductoras no ha querido arriesgar por una apuesta de renovación y se ha arrugado como el culo de un político con unos años de legislatura a sus nalgas. ¿Pero no era la tranquilidad y el reposo conservador lo que generalmente reinaba en la vida de las personas de una edad avanzada? Al parecer no, las generaciones posteriores han votado la verdad a medias pero sin conflictos, y la fuerza poética fría, discreta, burguesa y despoetizada. Parecía que los nuevos electores iban a demostrar predilección por lo cómico, lo irreverente, el sainete, pero han votado tragedia y pañuelos envueltos en lágrimas de cincuentón. Han votado por lo gris, lo ajeno a la provocación, al cambio… la predilección del electorado es indeterminada y oscilante, una suerte de mariposa dándose de hostias contra el cristal de una ventana en su estúpido afán de atravesarlo.

La campaña electoral viene a ser un falso drama histórico, donde la verdad es lo que menos importa y el blindar constitucionalmente el Estado del Bienestar importa una higa, y todo está envuelto de ideaslismos exóticos de última hora y otras nebulosidades hechas palabra hueca y voladiza, que deberían repugnar al temperamento cerebralmente vivo y pragmático. Estas formas y estilos de electoralismo de cagaprisas, no enseñan nada útil en el fondo, sólo introducen en nuestro alicaído ánimo un enema de privatización y externalización en los servicios públicos.
Nadie puede indicar a ciencia cierta qué es lo que ha aprendido y en base a ello cuál es su preferencia u opción, de tan aturdidora que es la lavativa partidista y las redes puti-clientelares. Al lado de la falta de entusiasmo de la sociedad que sigue comiéndose los medievales aforamientos, el vicio capital del pueblo soberano, es la frivolidad un rastro que ha dejado tras de  sí el repertorio político que se funda exclusivamente en el llenado de urnas, responsabilidad de quienes meten el sobre.


Habrá acuerdos, puede que sí, habrá proyectos compartidos, no lo niego… pero que propicien una profunda regeneración de la política española del ¡Ay, Carmela! a base de Ay-fon/i-phone, lo dudo. Y que les permitan a los damnificados atisbar una salida digna de la crisis, que dicen que ya es historia, ficticio me lo fiáis. El tiempo perdido nunca se recuperará, le enseñaron al Gaón Rabí Eliyahu, y él así lo enseñó a sus hijos y alumnos; los millones de euros que cuesta la arroba de segundos tampoco, aunque tengan fines electoralistas y que gracias a sus ceros una Diputación controle directamente los contenidos de una cadena de televisión autonómica.

sábado, 23 de julio de 2016

EL MIEMBRO DESMEMBRADO DE UN CERDO, MIMBRE DE LA DIPLOMACIA DEL GOBIERNO DE RAJOY.

En el marco del vistazo oficial que Obama realiza a España, el tiempo no dio para más, en la sede de la Presidencia del Gobierno, es seguro que Obama y Rajoy calmaron la sed con unas copas de Moutton Cadet ; pero lo que ha trascendido es que Rajoy a Obama le ha regalado un kit marca España, a saber, un jamón, su jamonero y un cuchillo para el menester del loncheado.

Toda dádiva es una especie de soborno. Quizás a Mariano Rajoy le viniera un aire de Alcalde de Villar del Río, don Pablo, que más que Alcalde era un concienzudo propietario, y pensara que el sobornado pudiera ser influido y dominado por el donante. Pero mueve a la risa pensar que Obama, como receptor de esta dádiva de pata negra pudiera perder la independencia de su mente por milagro y maravilla de la marca España hecha carne cruda, siendo lo que es: el americano, el number one.
Hay quien dice que más propio del Presidente del Gobierno y su corte, hubiera sido entregarle un rotundo chorizo celtibérico envuelto en papel de regalo...los hay que han hilvanado aún más fino, hasta el extremo de que en el colmo de la propiedad y el protocolo, el chorizo, mejor loncheado y metido en sobres... Las cabezas de la muchachada no paran.

Rajoy se había informado de que Obama era aficionado al jamón...pero ¿y si hubiera sido vegano? No habría habido problema, porque el pontevedrés se hubiera sacado un manojo de alcachofas con lazo y todo,  del sobaco.

 Por desgracia, la marca España es otra, alejada de lo moncloita y palaciego, es la marca a fuego del hambre y las ganas de comer que ni siquiera se puede aplacar con excedentes agrarios y ganaderos, tal es la dieta a la que nos somete la Unión Europea.
 El jamón arregla los desafíos entre naciones a pedir de loncha y crea ducados al pedir la boca más carne cruda. Para los mandatarios cerdóvoros resulta harto complicado contemplar con frialdad y distancia ese objeto curado del deseo y del babeo. La imposición del ideal del dinero que todo lo puede y todo lo compra, bien en divisa de pata negra o divisa del Beluga triple cero, sigue siendo hegemónica.

Cada mandatario que sale de España se arregla como puede con un cuchillo jamonero, casi un sable, a la par que a la luz a la que escriben los taquígrafos, se cumple con el discurso de la democracia, el progreso, la frugalidad y contención en el gasto público para cumplir con las exigencias de la Unión Europedorra,  pero sin que se noten las hebrillas que entre los dientes se han quedado enredadas, esos 'pa luegos' de a euro el gramo.
 La comida en España, como hace siglos, sirve como pantalla de plasma del discurso que muestra una indisimulada predilección por el poder económico, sus cifras, sus docenas y arrobas, sus porcentajes y sus rebosantes pellejos de vino.

 A casi todos les gusta sentar el culo en las butacas del palco del Bernabéu de Florentino Pérez, a los de todas las ideologías de a poniente y de a levante, por eso de rozarse con las nalgas del poder económico, y llenar el buche de croquetas cotizables en bolsa y jamones que se pesan en onzas como el oro. El palco es esencialmente aristocrático y privilegiado aunque esté reservado a los representantes de la soberanía popular. Los sillones palaciegos de la Moncloa cumplen esa misma misión pero a un nivel más institucional, aunque también se oiga el zumbido de los chismorreos y la palmada de  manos que se estrechan para cerrar negocios. Y nosotros somos tan demócratas que no podemos cobijarnos ni bajo la sombra de un jamón de Jabugo o de Guijuelo... nuestro sino es apagar la 'gusa' con una mortadela con aceitunas de marca blanca y abaratada por unos cupones de descuento.

Para la visita oficial de Obama, se ha creado una imagen de fiesta, de abundancia y de oropel, que trata de opacar, con perdón,  un minutero de crisis, un segundero de duda, y un calendario zaragozano de incertidumbre y desasosiego, burlado, por los que no tienen nombre y sólo son estadística, con alcohol y alguna que otra pastilla de las de copago. 
La ética natural del gobierno del PP estriba en poner medios para que el poderoso representante de otro hormiguero sea feliz y evitarnos su implacable ira económica, a base de jamonazos dulces y aterciopelados culos untados en vaselina.
 Rajoy ha dado muestras más que palmarias, sus palmeros dan fe y hasta 'efes' de fraude, de las tres actitudes sacadas a golpe de cinzel por el escultor de ideas de ilustre nombre Elías Canetti:
"Tres actitudes fundamentales del hombre que corteja a una mujer: el que se pavonea, el que promete, y el que busca una madre como quien pide limosna." Esta última parece ser la escogida por el pontevedrés non grato para cortejar al Hussein Obama (Hussein como el hijo de Alí y nieto de Mo-ham-mad). Para cortejar al electorado tiró de los puedo prometer y prometo y cortejó a la prensa pavoneándose tras un plasma. Aún no le ha dado por cortejar a los suyos por eso del incesto, pero la industria del porno no hace ascos a nada, ni a lo blanco del jamón.
La sociedad celtibérica contrapone las carencias y escaseces en las que vive con fiestas, y sus representantes políticos no hacen más que exagerarlo, celebrando todo en demasía, con fastuosas ceremonias y pantagruélicos banquetes donde unos pocos se ponen ciegos pero por el bien común. La ardilla recorre la celtiberia, no de árbol en árbol, sino de barbacoa en barbacoa y de cocktail en cocktail.

Dice Obama de Rajoy: 

"Conozco sus espléndidos regalos, que denotan un ánimo noble y sensible. Estoy de veras enamorado de él. " Y Rajoy, muy decimonónico él y tirando la casa por la ventana, añade al jamón un jamonero de maderas nobles y un cuchillo forjado y templado por los mejores cuchilleros albaceteños o taramundiños... no vaya a ser que a Obama, como hombre de distinguida clase, acostumbrado a vivir rodeado de halagadores palmeros y reverenciales respetos, en medio de comodidades y regalos, un leve detalle de mal gusto le indigne, le moleste, mortifique y desazone y nos la devolviere de esta guisa pero con creces en el incordio.
En el derecho romano el cohecho o corrupción procesal, al que llamaban calumnia, era un delito privado cuyo conocimiento correspondía al pretor. Entendían los de pecho de hojalata, los romanos, y que trabejen ellos...que la percepción de dinero o cosas a cambio de promesas de influir para favorecer a determinada persona, era cohecho. 
Para Plinio el Viejo el jamón, esa cosa que hoy es el medio de pago y  cohecho preferido por el 80% de los sobornadores, no era desconocido:
“De todos los animales, el cerdo es el que mejor se aprovecha por sus carnes y derivados de charcutería, pues este animal, aunque no rinda ningún servicio durante su vida, compensa con exceso después de su muerte los gastos que ha costado su crianza. El cuerpo del cerdo ofrece alrededor de cincuenta sabores distintos mientras que muchos animales no ofrecen más que uno solo”.
Para la arqueología tampoco: el descubrimiento en Tarragona de un jamón fosilizado con un pedigree de dos mil años, podría otorgarle al regalo de Rajoy de un contrachapado cultural equiparable al ejemplar del Quixote con el que el Rey Felipe agasajó al Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica del Norte.
La inmensa mayoría cristiana de generaciones presentes y por venir, arderá eternamente en el infierno. En tanto, como regalo de consolación, el dios romano con melenas y taparrabos, siempre justo cuando algo le escuece, siempre bueno con los suyos y merdoso con los demás, entrega el destino al gobierno de los obamas y rajoyes, sus legítimos representantes en la tierra de secano y la de regadío... 
El hombre no realiza ni su libertad individual ni su personalidad política más que por la intermediación de sus representantes, echándose ellos al gaznate un buen plato de jamón untuoso en nombre de todo el pueblo soberano, que guarda en la desvencijada alacena la botella de coñá vacía en sus nueve partes,llena en las mismas nueve cuando las vacas eran gordas... no hace tantos años.
 
La liberalidad aristotélica se manifiesta en lo agradable del carácter, la tolerancia, la benevolencia para con todo el mundo y hasta la compasión, aparte de la afección que se tiene a los amigos y los huéspedes. Pero para el flautista de Hamelin ( Der Rattenfänger von Hameln), hecho registrador de la propiedad con plaza en Santa Pola, al que siguen jamones y chorizos de catadura varia como una suerte de ratas y ratones curados y embuchados, los hombres de bien sólo son sus correligionarios y los demás son carne de evangelización... y es en ese punto cuando se va a la mismísima mierda lo agradable, la bonachonería y se va a tomar por el culo también la compasión aristotélica.
Decía Obama, porrero marihuanero en su juventud, que España olía bien... en un gesto instintivo me he acercado las narices al sobaco y puedo suscribir que mis axilas no forman parte del cortijo constitucionalista del 78.

La corrupción tiene en los paraisos fiscales su ecosistema de refugio y apareamiento, donde guardar y camuflar el fruto de las rapiñas: el retraso del desarrollo social, la inversión del recorrido de las manecillas del reloj del bienestar social como reconoce el propio FMI y el violento empuje hacia el acantilado de todo lo que huela a social. Eso es lo único que no le huele bien al representante de las barras y estrellas, tampoco al de la gaviota viuda. Huelen bien los parásitos que succionan la sangre a la economía real, huelen a rosas las semillas del fraude y la corrupción esparcidas a voleo, y huelen que te cagas las amenazas a la democracia por parte de las oligocracias partidistas. Tales perfumes son los que provocan crisis recurrentes cada vez más agudas, para mayor placer de las pituitarias de las grandes banderas y las grandes uniones.  
¡Vecinos de la España constitucional! Como Presidente  vuestro que soy, yo os debo una explicación. Y esa explicación que yo os debo, os la voy a dar ahora mismo, porque yo, que soy vuestro Presidente en funciones, os debo una explicación... ¡Viva el jamón! ¡Viva el vino!


En este país hace muchos años que suceden cosas vergonzosas. Luchas por la conquista del poder olvidando la conquista de los derechos sociales, acusaciones de anti-sistema o de terrorismo y radicalismo para apoderarse de alguna prebenda ajena...Qué feo es todo esto, 'che brutto'. Estoy perdiendo la confianza en el género humano. Por todas partes veo maquinaciones para alterar el precio de las cosas, complotti y conjuras palaciegas. A esto se ha reducido tambien este país, a un 'nido di vipere'. 
¡Ya están aquí, ya están aquí los americanos!
El fragor de la columna motorizada con sus coches oficiales levantó una polvareda cegadora, y entre clamores y vítores, a toda velcidad ya habían alcanzado las últimas casas del pueblo y se perdían en la lejanía.
¡Que se nos va, que se nos va el presidente negro con el jamón diciendo eso del yes, we can!... Yes,we will can eat it.
Después del efímero vistazo oficial de Obama a esta piel de toro estoqueada por los cafres de la hisotoria, el vecindario vuelve cabizbajo a sus quehaceres no remunerados, como un ejército en retirada tras la derrota.





 

viernes, 22 de julio de 2016

SOMETIDO AL ARBITRIO DE LA MAYORÍA DE ESPAÑOLES...¡ÁRBITRO, CABRÓN!



Cuando el electorado se convierte en un conjunto de gentes y gentuzas que ya no pueden crear ni aportar  nada nuevo salvo su presencia política hecha voto, se adueña del futuro de los demás por medio de la captura, confiscación, destrucción y reorganización de las minorías mayoritarias.
 Aunque para Marx la vergüenza es un sentimiento revolucionario, la vergüenza ajena ante unos resultados electorales sólo revoluciona los intestinos y azuza las diarreas mentales y los vómitos morales.
La campaña electoral ha sido, desde siempre, la ideologización de la mentira, la politización del fraude, la zafia justificación del pillaje que las víctimas del mismo han aplaudido, defendido, justificado y elevado a los tronos. El gobierno debería garantizar el pan, pero al pan duro no hay quien le hinque el diente; el gobierno debería, pero ni garantiza  la dignidad porque ya ha expirado la fecha de consumo preferente.
¿Por qué he consentido que mi voto se mezcle con el voto cómplice? ¡Porque eres tonto hijo mío! En esa urna han muerto emponzoñadas mis fantasías, mis deseos.¡Quién te manda meterte en esos sitios de perdición y ladillas! He puesto demasiadas esperanzas en los demás, esperaba demasiado de los zarandeados por el gobierno europeista. ¡Y los demás te han puesto el cartelito de pardillo !
El electorado, una vez más,  ha decidido estar a merced de unos políticos cuyos conocimientos y buena fe caben de sobra en un dedal de costurero: una patada en toda la cara.
¿Por qué mi voto vale lo mismo que el de este vecino de unidad de destino en lo provincial que disfruta con el apaleamiento ajeno? Yo no soy masoquista, no soy un pueblerino, un provinciano. ¡Pero eres tan tonto como ellos! ¿Por qué mi voto es provinciano y  no aristócrata, esto es,  individual? ¡Por qué no te callas!
Cuando el electorado se convierte en un rebaño de reses que sólo acude al reclamo de la reyerta, que sólo tiene talento extraordinario para la destrucción y la involución,  el voto no vale nada ni nunca valdrá nada, es tan ridículo como amenazar al cielo con el puño cerrado, como darse de latigazos en la espalda. La idea iusnaturalista del contrato social en España es tan efímera como esa nube que se está desdibujando en jirones irreconocibles sobre mi cabeza. 

Tú no sabes lo que te destesto
España de las almas asesina,

España provinciana y cañí,
España medievalista y taurina,
deshonesta.