domingo, 11 de abril de 2021

¿ME LO FIÁIS POR LA EXTREMA DIESTRA, POR LA EXTREMA SINIESTRA O POR EL FANGO QUE HAY EN MEDIO?

 

¿Por qué levanta sospecha el político? ¿Es precipitada esta sospecha?

Atendida la hora avanzada de la democracia en la que estamos, se peca casi más de dilación que de precipitación al sospechar. ¡Míralo ahí, si hasta los alguaciles le han echado el ojo antes que nosostros.! ¡Nos la ha dado bien dada!

El político ha huído en más veces que dedos tiene la mano en cuanto ve llegar a la justicia y casi en tantas ha sido detenido, pero sin dejar de decir eso de que ''agradecemos la confianza depositada en nuestro Partido, esto son casos aislados, siempre tiene que haber un garbanzo negro, hasta en las mejores famiglias, tenga por seguro que las consultas, incidencias o reclamaciones de nuestros afiliados y simpatizantes, son de suma importancia para nosotros'' ;un hilo musical que deja al oyente hipnotizado o idiotizado ¿Una retahíla de zafias palabras que se vomitan con la pretensión de desviar toda sospecha de sus perseguidores?

De entre los que quedan por detener, los más hábiles en camuflarse a la sospecha, los menos tontos, unos ojerosos ojos avizores tras visillos de encaje  clavan las pupilas en los deambulares nocturnos de esos honorables e 'ísimos' representantes de un puñado de provincianos circunscriptos, quién sabe si de andares con garbo pero alevosos. Sin prisa y cada vez más sin pausa, se van rodeando su persona y sus actos de una casi invisible tela pegajosa de desconfianza y hostilidad. ¡Cuán ciego es aquel que no ve por tela de cedazo! Siempre que el cedazo no esté cubierto de mugre y abandonado intencionadamente a toda suerte de limpieza.

¿Por qué esa desconfianza de los feligreses hacia su pastor?

Al ciudadano y el aldeano aún no le han restituído la confianza de que no serían acometidos de nuevo por la agresión política, sobrazo va de dinero público, sobrazo viene al bolsillo privado del defensor de lo público; ni seguridad les fue dada, pues podrido estaba el fruto del castigo, tan blando y pasado que no llegaba ni a escarmiento; al aldeano y al ciudadano las 'controvertidas' palabras de esperanza de Marco Anneo Séneca: '' Los dioses inmortales son sin duda lentos, pero seguros, a la hora de dar escarmiento al género humano, haciendo recaer los castigos más severos sobre las cabezas de quienes los han ideado y así, cuando cambian merecidamente las tornas, lo que cada uno ha maquinado para suplicio de otro a menudo acaba sirviendo de modelo para el suyo propio. '', le resultan desesperantes. Y, recordando a Antonio García Trevijano, ''...Es legítimo que la sociedad se defienda contra las agresiones a la dignidad cometidas por la descarada grosería de la vida pública partidocrática.'', cuando la defensa se basa sólo en la desconfianza, en un agredirse mutuamente a golpes de algodón de azúcar, el ritmo machacón de ''el que espera, desespera'', hace trizas el ejercicio del derecho a la defensa. Nada del público 'castigo' merengado contuvo al político en su inercia de seguir robando de la caja de las fondas, de las pensiones, de los hostales y de los hoteles, para convertirlo en dádivas a los cuatro banqueros de siempre y a los cinco empresarios en la sombra, a cambio de sillas, cargos y estipendios vitalicios; y en la cabeza del ciudadano/aldeano han arraigado las semillas de la desconfianza y el sobresalto hacia un grupo, no tan reducido como se portavocea, de 'representantes del pueblo' que ejercen el privilegio inmerecido sin complejos y padecen el control político y fiscal con unas restricciones de vodevil.

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