domingo, 12 de mayo de 2013

¿EUROPA HA MUERTO?

El liberalismo es un disolvente de la sociedad. Ese disolvente, en su versión europea, está empujando a la sociedad a una depresión de larga duración. El liberalismo disuelve a la sociedad separándola en individuos egocéntricos y consumistas, para mayor regocijo de los vendedores de lo que fuere (tangibles o intangibles) al precio que mejor conveniere. Esa disolución/separación dinamita el pensamiento solidario y altruista y hormigona el egoismo insolidario. Ahí tenemos los paraisos fiscales como paradigma de ese carácter disolvente y desintegrador.
La Europa liberal en vez de promover la reactivación de la economía real que tan lenta es en eso de multiplicar capitales a corto, está aumentando las diferencias y las divergencias entre sus miembros por mor de la economía virtual.¡ Ah qué tiempos aquellos en que se nos presentaba a la Europa, Grande y Libre como la salvación frente a todas las ruinas, paros e indigencias de la sociedad occidental! Se nos presentaba así de forma repetitiva y machacona como un anuncio de detergente:¡ Una Europa, Grande y Libre!. Sin embargo su curriculum desmiente el lema publicitario: Europa siempre ha estado situada más cercana a los totalitarismos y las guerras.
 


La cristiana banca europea hizo que trabajaran los artilugios financieros, de sobaquillo, con la excusa de las oportunas 'necesidades objetivas' marcadas a fuego por la propaganda mediática para la realización de sus planes privatizadores/expoliadores. Y en esa tesitura nos hallamos, con el culo ya pelado.
  Los paises deudores y los paises acreedores en el escenario de la privatización no han hecho más que separarse hacia extremos catastróficos para uno de los dos lados. Merckel es la marioneta de uno de los lados menos perjudicados de este guiñol de mal gusto, el de los acreedores. Quizás, cuando todo esté perdido, anote esta mujer de 'mofletes' enternecedores en su testamento político con grande satisfacción: 'he prestado un gran servicio a Europa'. Hitler dejó en su testamento que 'había prestado un gran servicio a la humanidad mediante la estirpación de los judíos'. ¡Qué coincidencias pueden avecinarse en un escenario de política-ficción!
 

Ahora nadie se atreve a matar judíos como siempre se ha hecho a lo largo de la historia de 'esta unidad cristiana de destino en lo europeo'. Pero se nos está presentando desde los mass media a la 'tele-invidencia', que esta Europa liberal o neoliberal (llámesele a la cosa como mejor le venga en gana al que leyere) ha prestado un gran servicio al desarrollo y al progreso mediante la extirpación de los derechos sociales de los no-judíos y de los pocos judíos que quedan en este continente antaño antijudío, hogaño y a mayores, antisocial.

Pasamos de una asociación entre estados iguales a un club/puticlub de acreedores y deudores.

En Europa los paises deudores comen desperdicios, los acreedores degustan caviar, y todos los representantes de las soberanias nacionales comparten la mesa de las delicatessen, que no las del banco de alimentos. Los representantes de la soberanía que come poco y mal, por obra y desgracia de sus representados(que para eso votan a quienes votan), son los que han aceptado los términos de la relación/contrato con los acreedores, los que firman bajo luz y taquígrafos, una y otra vez, que el futuro de los europeos unidos en la indigencia sea más que nada sombrío. Esos europeistas de rostro avariento nos dejan ver que el hombre que deposita un sufragio en una urna cada cuatro años, vale su peso más en euros que en votos.

En la edad juvenil, del bozo y del pavo, Europa efervescía de obras creativas en lo científico y en lo artístico, Europa pensaba de forma vanguardista...Pero como todo ser mortal (y no ha habido imperio que no haya muerto), Europa ha envejecido con muchas guerras/arrugas de odio de por medio, en una dinámica de padecer crisis tras crisis. En la tercera edad en que nos encontramos, Europa niega ser vieja con el peregrino argumento de ser joven, de que no necesita eurobonos para combatir las arrugas de la crisis. La frialdad empírica es como un espejo para el calvo que se siente melenudo: desvanecidas las marejadas hormonales de la adolescencia, las tareas a las que Europa dedica lo poco que de energía le queda son las adecuadas a los individuos maduros tirando a podridos: organización administrativa, tecnología y cansinez económica...De ahí el conservadurismo que el mastodonte geopolítico ha contagiado a los individuos cronológicamente más jóvenes.Jóvenes que piensan como viejos.

Hay quienes confían en un elixir del milagroso rejuvenecer: un mutis por el foro de Alemania del escenario del euro. Pero todo parece indicar que estamos en el corredor del ocaso a que ha llegado la civilización del viejo continente.

Europa, después de haber destruido los regionalismos desde el siglo XV, ha abandonado su status de burguesía, de universalidad, de forma de civillización universal, para pasar a ser, de la mano de la acreedora Alemania, un continente provinciano, que tiende hacia lo medieval, hacia un aldeanismo eurocéntrico que no ve más allá de la linde de la deuda, campo de labranza que sólo augura barbecho tras barbecho, si no se decide por convertir a esa mala hierba en eurobonos.
 



El egocentrismo europeo o eurocentrismo, con o sin conciencia de esta patología, está transformando una cultura universal en länder-aldeanil, pese a su disfraz mercadotécnico de modernidad y globalización. Está convirtiendo el liderazgo en caciquismo. Y al viajar a través de la actual Unión/Desunión Europea, uno parece navegar en círculos y a la deriva, todo se repite con una familiaridad desesperante: esto de la prima de riesgo ya me parece haberlo oido antes...y ,lo otro de la deuda y lo de más allá del déficit público... Los europeos nos estamos desenvolviendo durante estos años como por el patio de una prisión, (una prisión, irónicamente en lo económico, 'liberalista') : un par de vueltas alrededor del suelo hormigonado y después otra vez a la celda.

¿Europa ha muerto?


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