lunes, 6 de junio de 2016

EL BUTANERO LLAMA A SU CASA PARA TOCARLE LAS NARANJAS

El ser humano está acostumbrado a mover muchas cosas con el dedo. Los dedos han dejado su impronta hasta en el conjunto de los números naturales, que en anglosajonlandia le dicen más acertadamente 'números de contar'. Hoy en día todo es digital y la política no iba a quedar al margen de este atavismo vanguardista.

La dirección de Ciudadanos, el naranjito de la 'nueva política', con el dedo indecisamente suspendido sobre algunas cabezas, esta sí, esta no, probó con ese dedazo y sin cubiertos un poco del guiso enlatado que habría de cocinarse en unas primarias y mostró tanta repugnancia como si hubiera metido la lengua en un orificio de Carmen de Mairena. ¡Qué lata de primarias, qué cosa más vulgar y proletaria, jo! Y va e impone como número dos de la lista de Málaga al Congreso de los Diputados a un tal Guillermo Díaz... un dedazo que recuerda al de Aznar con Rajoy pero en plan provinciano y rebajado con gaseosa.
Para la dirección naranja, al comparar la humilde frente de su Guillermito del alma tocada por el dedo de uno de los 'cuñáos' (en otros partidos llamados 'barones', y no me toques las denominaciones), con la legión de altivas testas que reclaman la corona de las primarias, no hay color... o sí lo hay: el anaranjado. Le pasó lo mismo a Narciso de Foxá, alcalde de Majadahonda, cuando el dedo apropiadamente 'manicurado' de Esperanza Aguirre le rozó regiamente su amplia frente y por obra y gracia de este simple gesto se convirtió en candidato a maquillar en las próximas elecciones por arte de birliqui birloque.

 La revisión de la Constitución depende de una mayoría cualificada, esto significa que en ciertos asuntos constitucionalmente transcendentales no puede haber resolución más que teniendo en cuenta a la minoría: la mayoría simple no tiene en ciertas materias el derecho de imponer su pernada a la minoría. Al parecer, el bingo de las candidaturas de C's ni siquiera respeta la mayoritaria decisión de unas primarias en potencia. El partido de Rivera, es pues, más arbitrario y antojadizo que la Constitución del 78, pese a tanta 'nueva política', tanto dispositivo bluetooth y tanta parafernalia mercadotécnica... dientes, dientes, que es lo que les jode.

 Por esa misma incomodidad de las primarias, un verdadero incordio anal para el 'apparátchik', pasó el PP en la Conferencia Política 'X EL FUTURO DE ESPAÑA' (después de desertar una gaviota, ahora abandona la nave la preposición 'por') cuando planteó tímidamente la posibilidad de establecer un sistema de primarias pero que no se llamara 'primarias'. ¿Pero qué somos, Podemos? ¡Esto es una veergüenza!
Todo partido político, sea nuevo u outlet, sea casto o sea libertino-pajillero, es despótico... pero despótico siempre que no haya nada ajeno a su cortijo latifundista que pueda contenerle su despótica incontinencia... y las primarias naranjas carecen de ese poder de contención, tal es la prostatitis funcional de la que adolece la 'butanería'.

 Hay dos tipos de paz que se pueden imponer a un sobrevenido avispero político: o intramuros o extramuros. Y no se ha querido hacerlo desde el interior con unas primarias, para no parecerse demasiado a otros y que no nos etiqueten de centro izquierda. Bartolomé González, de la cuchipandi de Esperanza Aguirre, es diáfano al explicar las reglas del juego de los dedazos: "este es un partido jerárquico y por esa disciplina, hay que acatar las órdenes (de Aguirre) sin rechistar". En el paréntesis podría hasta caber el nombre de Fran Hervías, Secretario de Organización de C's, el de la cuchipandi butanera.
Por lo tanto, C's se platea la pregunta:¿ Por qué no imponer la paz desde el exterior más elevado, esto es, desde el dedo piramidal de la dirección? Al PP parece haberle ido muy bien.
 La elección del ministro de Justicia, Rafael Catalá, como líder del PP en Cuenca, que para más mofa nació en Madrid y lleva casi toda su vida profesional en la capital del Reino Borbón, y que para más befa no tiene una gran relación -dicho de forma políticamente correcta por servidumbres de la ley mordaza- con la provincia de Cuenca, nos da luz sobre lo que en C's se puede haber cocido: procesos asamblearios y primarias barridos bajo la alfombra y garbancitos 'paracaidistas'... o hasta manipulación de censos cuando hubiere primarias para favorecer a los candidatos tocados con el dedo agraciador.


Cuando las altas cumbres de las 'montañas nevadas' rehúsan aceptar como legítima la subordinación de una decisión al voto de la mayoría en unas primarias,¿cómo pueden aquellas 'cúspides canosas' imponer su supremacía? Respuesta:¡Con el dedo! Pero en esta ocasión la obra de teatro y titeretería ha tenido un desenlace inesperado, fuera de guión, porque afiliados de agrupaciones de la Costa del Sol,  han dicho que nanay, dándose de baja de forma masiva.
Las 'montañas nevadas' no tienen la autoridad necesaria para retener a los díscolos con grilletes y cadenas. Como tampoco pudieron amarrar en corto la espantada de cinco de los nueve miembros del Comité Electoral Local del PP de Bullas (Murcia) por la vaina de la designación como candidato para las 'erecciones' municipales de Pedro Chico sin tener en cuenta a la ya elegida por el mencionado Comité, Francisca Caballero.
La deserción suele ser inesperada. En estos casos y acudiendo a la hemeroteca de la política de geriátrico, vemos que estas situaciones lo que hacen es prender con pinzas la verdadera debilidad que hay en las actitudes del Caesar Imperator de turno, y dejarla orear, para que todo el mundo crea que está lavada, a merced de los vientos, que quién sabe si acabarán trayendo tempestades.
En su más vergonzosa muestra de jugador que no ve el advenimiento de tablas y permanece sentado ante el tablero, el dedócrata y su circunstancia llega hasta reconocer a quienes han abandonado el partido, el derecho de hacer libremente lo que, por otra parte, nunca podría impedir.
Cuando se sabe de antemano que los cauces reglamentarios del partido son incompatibles con la denuncia de un dedazo inmisericorde, sólo hay cabida para las acciones ejemplares, que son las que pueden hacer aflorar a la opinión pública el ramillete de la la vulnerabilidad de la dirección que teme a las bases, y la podredumbre del 'orden viejo' imperante en el 'nuevo orden' de la 'nueva política' barbilampiña.
La militancia rechaza la falta de democracia a casi tanta velocidad como esa democracia se aparta de los afiliados, porque quienes deberían ofrecer ejemplo en la erradicación de prácticas de  política artrítica, no sólo no lo hacen, sino que las reproducen fielmente en una inercia pasmosa y lipotímica: como las momias de la transición, su única preocupación es asegurarse el apoyo incondicional de los suyos y establecer un sistema de caudillismo, barones, 'cuñáos', novias, amiguetes y 'cuchipandis'.
Y Ciudadanos cojea de la misma pierna que los fósiles que protagonizaron el sainete de 1978.

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