sábado, 11 de mayo de 2013

JEFF HANNEMAN: HA MUERTO UN SLAYER



-¡Muertos, muertos, muertos!
Otra herencia de muerte ha arponeado mi vida.
Jeff Hanneman nos ha tomado por el hombro y nos ha introducido en un bar muy especial donde abandonarse a la ebriedad de la desolación.
Vivir con uno menos.
Los vivos quedamos así, en una gigantesca estancia que cada vez está más vacía. Y cuando esperamos que alguien más se vaya no pasa nada. Y cuando esperamos que no pase nada, el grifo, en vez de gotear chorrea alegremente.
-¡Muertos, muertos, muertos!
Tengo los riffs doloridos en los hemisferios cerebrales y me parece tener como una
roedura en el corazón.
La muerte no ha hecho más que defenderse de la vida matando.
La muerte de Hanneman me ha dado lucidez de nuestra poquedad, y de que yo mismo estoy en el tiempo de descuento.
-¡Muertos, muertos, muertos!
Desintegrado, destrozado, descontrolado, desgajado...¿depende nuestra vida de cuántos de nuestros vivos estén muertos?
Los muertos viajan velozmente, a la velocidad de la luz, y nuestros ojos sólo los pueden ver a infravelocidades, sólo pueden ver sus cuerpos estáticos.
Ahora ya soy consciente de que debo vivir con la carga de 30 años muertos, una etapa a caballo de dos siglos defintivamente abrasada por una guitarra salvaje,asesina,electrocutante...