Las ideologías de siglos pasados, las
que trajeron totalitarismo y medievalismo, sean fascismos, sean
socialismos, sean liberalismos, tiempo ha que han perdido contacto
con la realidad, limitándose a seguir pendencias, pisando sangre ,
sudor y lagrimas. A la realidad pisotones, golpes y coces le dan en
llegando y los borregos que sustentan a esas ideologías con sus
sufragios y que con aplausos las renuevan, aun vestidas con otros
disfraces, las legitiman con un ¡beee!, al que llaman 'fiesta de la
democracia'. Los borregos son también esos trabajadores sumisos, siervos
de la gleba del orden establecido por el hormiguero, siervos en precario de la
ideología legitimiada por unos votos, borregos que aunque se vistan como
hidalgos comen como sastres. Porque cuando alguien se deja explotar por
las palabras del representante, no es insultante calificarle de
borrego: los explotadores solo vuelven la cabeza a reírse y burlarse
de los que así se dejaron pisar. Las ideologías de los siglos pasados, pese a arroparse de nuevas tecnologías, siguen siendo totalitarismos travestidos y medievalismos amariconados.
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