martes, 9 de junio de 2015

AUTOLOCURA AUTONÓMICO-LOCAL

 La mayoría de los partidos políticos no han aportado nada decisivo ni al desarrollo de la decencia ni al desenvolvimiento de la humanidad. La península ibérica no ha sido ninguna ínsula en lo tocante a esta vaina: hay un puente por donde se ha efectuado el trasvase.
 En España no faltan cadenas de televisión donde vale el escarceo político pagado con billetes de a quinientos euros; donde el cachondeo tertuliano llama 'orejones' al Príncipe de Gales, y a la vez refiriéndose al otrora Príncipe de Asturias le merengan un "Destaco no solo su preparación, sino el convencimiento de que tiene como referente a España y a los españoles, y garantizará el régimen de una nación como ésta"; y lo que se le tercie a la audiencia, que es la que paga y la que manda y la que traga... para deleite de las 'pasiones inútiles' como habría definido Sartre a los televidencias.
 Esa mayoría de partidos políticos nos dicen que son el menos malo de los sistemas , y si afectan con su negligencia y corrupción a la honra de nuestras familias, pelillos a la mar, o como dicen los políticamente correctos: efectos colaterales, que lo que importa es la raya del medio pintada con tiza, la que hipnotiza a las gallinas. Mientras tanto, los que son etiquetados de pueblo soberano, se recrean en el vicio de la idolatría del éxito de los suyos: una  la liga profesional de trileros del lenguaje y de ocurrencias más que de ideas.
  Como regalo nos han invitado a comernos un indecente menú electoral:  pringoso emparedado de autonómicas y locales. Como promesa, y ésta sí que es de las que se cumplen, amenazan con una barra libre electoral en noviembre.
La mayoría de los políticos... ¿son 'todos los políticos' dicho de una forma 'políticamente' correcta para no agriarles los Gran Reserva que se pimplan los hombres de orden?
¿Es esta ínsula como la de Sancho Panza, donde se excluyen a las mentes y espíritus privilegiados, al no ser domesticables, al no querer ser corderos de un dios romano predicador de la muerte?

domingo, 7 de junio de 2015

EUROPA, ROPA VIEJA Y REMENDADA

El terreno, lo más bajo, la tierra madre, donde todo fermenta, todo pudre y todo germina, poco tiempo de descanso tuvo en la historia entre guerra y guerra, poco tiempo para recuperarse de sus heridas sangrantes. Las tierras madres, las patrias, aún están amasadas con dolor y con sangre; las conciencias bajan la vista y las esperanzas llevan los hombros caidos

Los europeos siempre se han acercado hacia esa parte de la tierra donde el desmoronamiento es la antesala de la caida al vacío en el acantilado inmisericorde de la historia y se han quedado en sus inmediaciones jugando a la ruleta rusa, un pasito p'alante, un pasito p'atrás. Europa siempre se ha creido un bebé mimado por una concurrencia planetaria; por ello con los pinreles al borde del abismo nunca ha sopesado razón alguna para inferir que la historia, en cualquier momento, se desmoronaría bajo su pedestal, creyéndose en una eterna infancia, ese estado de permanente osadía a las advertencias de los adultos. Y así, es como la muerte de los hombres se ha repetido una y otra vez, por obra y desgracia de una civilización que siempre ha actuado bajo la inercia del mirar hacia el infinito y más allá, siempre idealizando y filosofando, con una confianza que no contagiaba temor alguno ante las amezanas de los primeros terrones de tierra que se perdían y se fragmentaban en lo más bajo de las bajezas de la historia: la guerra... amenazas que algunos como Henry James atisbaban.

El terreno, la madre tierra o el padre parcela urbanizable, está demasiado empapado de sangre y desgracias civiles, y por eso se está desparramando, pese al esfuerzo de la ingeniería legislativa comunitaria para luchar contra ese ángulo de desmoronamiento.  Europa vive en una  oligofrenia, más temeraria que una infancia, que anuncia otro desenlace dramático... hasta el vino se avinagra en la boca, sólo de pensarlo.

ORIENTAL Y TAL Y TALIZÁNDONOS

El sistema capitalista se está orientalizando: si en el imperio oriental, es el gobierno teocrático el que ordena y manda, ahora es el de los 'mercados' o 'mercadocrático' el que hace lo propio con el látigo. Las costumbres y las ceremonias pesaban en oriente más que la legislación. Y en el Occidente del hoy en día la legislación laboral va cediendo terreno a la discrecionalidad de la flexibilización laboral a gusto del empresario, que es quien da el dinero, el que tiene el poder de contratar o despedir y también tiene el dominio arbitrario de contestar: 'si no te gusta te vas que hay cola', con aliento a Vega Sicilia en la boca.

LOS ASALARIADOS ESTAMOS HARTOS DE 'EMPRESARRO' EN LOS DIENTES

Al sistema empresarial español, elitista donde los haya, poco le importa la educación de los ciudadanos y su cualificación, pues hasta ahora le ha ido muy bien la mano de obra pobre e ignorante que ha trabajado para la construcción por acción y efecto de una zanahoria atada a un palo; ¡Ah la 'construcción'!, ese sector fetén de lo especulativo y corrupto.
Por eso los gobernantes que han compadreado con los constructores nunca se han visto en la necesidad de hacer concesiones significativas a los trabajadores en lo que se refiere a la mejora de su cualificación profesional: porque el turismo, la construcción y el campo (sectores propicios para mano de obra ignorante y cortoplacista)han sido un cómodo y ahorrativo colchón para el oligo-capital. Pero sí han sido muy ''plañideras' a la hora de lloriquear año sí, año también, a las puertas del gobierno de turno, por que hubiera menos aranceles para sus exportaciones, por menos impuestos para facilitar su expansión,¡ payo!. Y por salarios bajos, casi tan bajos como los que se pagan por trabajos sin cualificación en países no hace mucho etiquetados como subdesarrollados.

ALEMANÍACO DEPRESIVO

Lo nuevo no vuelve a ser sino lo viejo actualizado. Lo que es bueno para Alemania es bueno para la Unión Europea... siempre que la Unión Europea no tenga la acepción de 'conjunto de sus ciudadanos y
aldeanos'


 

TIVIDAD, TIVIDAD...QUE ALGO QUEDA... EN EL INODORO

Si era lamentable para los artesanos en extinción de entonces, que la relación costo-beneficio rigiera los balbuceos del mercado bebé-capitalista, hoy en día el amancebamiento productividad-competitividad para los herederos de aquellos artesanos, tanto en lo tocante a la rapidez como en lo montante a la crueldad, sería una razón más que suficiente para que Stuart Mill se inyectara una chuta de caballo en la vena, al contemplar el espectáculo... con el culo entumecido de un incordio anal, que es lo que viene a ser el amorfo-capitalismo contemporáneo.
 

BIEN ESTAR, NO RECUERDO SI ESTUVIMOS NUNCA

La desgracia más horrenda, la más macabra desgracia que podría acontecerele a un ser humano en la imaginación colectiva de la sociedad del bienestar de los años ochenta y noventa del siglo precedente, es que le paguen por hacer aquello que odia, que desprecia y que le amarga la vida, de manera cicatera y en condiciones de vecindario con la esclavitud laboral del gargantúa asiático.