
martes, 14 de julio de 2020
HASTA LAS COLAS DEL HAMBRE SON TELEVISIVAS

jueves, 9 de julio de 2020
FRUTA PODRIDA
Los cadáveres locos flotan las olas en el dilatado mar de los cuerdos.
Un cordón umbilical de ramas secas podadas del drama cómico, a la deriva navegan su drama trágico, sus obscenidades panza arriba.
Las escenas de arrugas son borlas que cuelgan ajadas y desteñidas la pesadumbre y el lamento.
Amargo es el ocaso de la estación efímera, atrás quedó el dulce encendimiento.
Ardiendo, los cadáveres se fugan del mar de los cuerdos a la tinta de los puntos y a parte.
Los puntos y aparte que horadan el pensamiento, que mastican el tiempo indiferente a ese mar repleto de muertos.
El gesto de cada muerto es un pliegue de libro abandonado que ha descendido al infierno para volverse a elevar.
Libros que desde el fondo han vuelto a flotar en el mar de los cuerdos, minúsculos tomos gelatinosos.
Hojas secas arrancadas, arrugadas, mojadas de semen charlatán y adulador, sus puntos y a parte de la tinta corridos.
¿Quién en silencio fue conocedor de lo genuino, qué resíduo mudo lo fue de lo bastardo?
Mamando pezones rotos en tetas puramente formales.
Oyendo la meada en su susurro de gotas musicales.
Oliendo la entraña que con dolor evacúa y que nunca cesa de evacuar.
La diarrea verbal del animal social, esa gran mierda y ese gran mar de los cuerdos, del que los cadáveres enajenados quieren fugarse al charco de los versos.
Flotan sus formas los versos, algunos besos sueltos, flotan sus proporciones, que hieden a muerto, que no huelen a un deus ex machina cuerdo.
lunes, 15 de junio de 2020
ALARMA
domingo, 24 de mayo de 2020
¿QUERER? ¿QUERIENDO? ¿QUERIDO?
La espuma y el pavoroso estruendo de la tempestad se aleja y disipa su furia. Aferrado a los restos del naufragio dialéctico voy a la deriva mientras el sol clava sus aparejos de matarife lentamente, sin prisa, sin compasión, sabiéndose implacable vencedor.
¿Qué fueron mis pensamientos sino pájaros ancianos que con su volar cansino y derrotado acabaron mojando sus últimas plumas en la salada sangre del mar, presos de un puño de dedos huesudos y corruptos que nunca más les volverían a devolver el vuelo ni la vida?
Cuando el pensamiento va hundiéndose en la decadencia, los dorados colores del ocaso se van fragmentando y el gris todo lo difumina, todo lo apaga, sin delicadeza y sin conmiseración con los videntes.
En algún otro lado despuntará el amanecer, un orto de anaranjados silogismos que echan chispas, una primavera de prodigiosos pensamientos rápidos y ágiles. Ahora, mis inservibles, mis tullidos, mis viejos pensamientos que siempre creyeron ser biblioteca cuando no pesaban lo que un libro huérfano de alguna de sus hojas, van caminando solos, sin malas compañías, que buenas nunca fueron, hacia el occidente, adonde los pensamientos vanos, adonde nadie espera ni siquiera ser amado...
Guardada en la escritura del persistente negro sobre blanco, será la memoria de todos los que no son yo.