sábado, 20 de diciembre de 2014

AHORA ME DA POR ACORDARME DEL REY PASMADO

Estaba allí todos los años, sin falta. Estaba tanto los años buenos como los malos y como los subvencionados. Nos obsequiaba a vísperas de finiquitar el año con una aparición televisiva de efecto demoledor sobre toda capacidad autocrítica, en diferido y alienante, con los ojos abiertos como los de un cordero y la cara de pasmado. Era él, el rey hecho heredero por un plebeyo...¿qué cosa más bruta ni más nociva se puede considerar que este testamento, transición o transacción, me cago en el copón?
A lo largo de la historia, sus antepasados, los del heredero del bigotitos, el generalillo, han tenido el monopolio de las riquezas y la gloria de las conquistas sangrantes, por la gracia del último dios del imperio romano. Ahora, como tantas veces ha ocurrido en el pasado, su reinado ha terminado en una jubilación dorada y con pedrería de diamantes. El rey ha pasado a vivir a la sombra de riquezas amasadas en el pretérito imperfecto, una tupida sombra que oculta tanto la estupidez como la mala fe de las miradas indiscretas del vasallaje; ese vasallaje que teniendo conocimiento de los expolios y explotaciones ha tenido más de una oportunidad de afinar su hocico ético... pero no le ha dado la gana de utilizarlo para 'enmendalla' y sigue usándolo como un jabalí, hozando a corto plazo, en busca de la trufa, la seta o el botín de un roedor... le ha dado la gana y el gusto pervertido de seguir prorrogando su status de vasallo. Así es el pueblo español. La espesa sombra de las hojas transmutadas en billetes de a quinientos eiros, hace el silencio y la omertá más profundos al general cacareo.
El más desigual de todos los españoles tenía cara de lelo, pero nadie osaba comentarlo ni siquiera por lo bajinis. Tenía hasta cara de borracho bonachón, inofensivo, y tardaba en arrancar a expresarse con claridad, aunque no era tartamudo. El irresponsable por derecho constitucional era espeso de lengua, y a saber de dónde le venían las espesuras... ¿juancarlitros?... ¡qué cosas tiene la muchachada!
Pelotazos urbanísticos alrededor de una corona húbolos, y no desde hace sólo un puñado de años, sino desde cienes y cienes, y con los dedos de la mano contando, hasta cuatro. El fantasma del Duque de Lerma disimula silbando y al viento le echan las culpas de ese silbido. Los validos del hoy en día son los representantes de la soberanía popular, más o menos fantasmas/fantasmones, más bebedores de coñá Napoleón que de Soberano, populares de partido o de cuarto y mitad. Los validos han cambiado la voz, han dado el estirón a lo tonto y ahora sus balidos suenan a graznidos; mis disculpas y respetos a los córvidos.
Al matador de elefantes, con traje de pocas luces, siempre se le arrimaron los bancos. Esas instituciones de 'ahorro' que, a cuatro patas, ofrecieron sus espaldas al descanso de las reales posaderas, a cambio de un puñado de soberanos populares. Los bancos se iban al casino del ladrillo a jugarse los cuartos. Al rey le obsequiaban con alguna fichilla para sus gastos. Eran sin duda tiempos festivos, de belle époque y 'tiradurismo', con la vivacidad burbujeantemente inmobiliaria de quien se sabe efímero, pero comamos y bebamos que mañana moriremos. Hasta que en una mala racha, perdieron el dinero de sus clientes... y desde entonces tanto los ciudadanos como los aldeanos, los que aún no yacen muertos, siguen rascándose los bolsillos de agujeros desorbitantes con sus miembros escuálidos y casi rotos, para avalar la ludopatía de esos irresponsables... lo torcido del derecho mercantil y del derecho comunitario viene a ser a los bancos lo que lo torcido del constitucionalismo del 78 al rey.
Ahora parece que hay una voluntad popular que ha dejado de ser muda, que se expresa en contra de todo este puterío constitucionalista, donde el hedor a antiguo régimen ha tenido anestesiadas por décadas las fosas nasales. Las voces denunciando a los proxenetas de la transición han desencadenado lo que hay tras este aparente espejismo de normalidad democrática: se insinúa una carga de lanceros con una constitución en una mano y una cruz en el pecho, el rey al frente, para defender, someter y represaliar a los enemigos, las voces denuciantes, del orden legal vigente... el orden legal de esa vil gente.
Estaba allí todos los años, metido en la caja tonta... y yo me deshacía en insultos, pero se quedaba ahí pasmado, aunque sacara a relucir a la madre que lo había parido. Ahora la caja tonta le ha cedido el testigo al plasma tonto... nadie sabe si el testículo cedido ha sido el derecho o el izquierdo, si un huevo o el otro es el responsable de este desaguisado.
De la nostalgia del rey pasmado hemos pasado a sufrir la enteralgia del rajoy plasmado... pero es harina de otro costal.

domingo, 8 de junio de 2014

MARHUENDA Y LA MONADA DE ARQUÍA


 Los Juancarlistas y sus cortesanos adolecen de 'hegelismo'. Hegel pensaba que el sistema político, o forma de estado, como ahora le dicen, en el cual todos los hombres son libres, era la Monarquía prusiana.  Los Juancarlistas, nada originales, pese a emperifollarlo con ramilletes de palabras efímeras, llegan a la misma conclusión pero en nombre de la Monarquía Constitucional del setenta y algo... la sombra del generalillo es alargada.
En el debate de la sexta noche, Marhuenda, ese niño grande de mofletes bien alimentados y flequillo de colegial bobilis-curilis, se remitía a declaraciones suyas hechas en el 2013 acerca de la Monarquía como forma de Estado: "Lo de ser republicano y de izquierdas está muy guay, pero todas las socialdemocracias del norte son monarquías"; las glosaba - la memoria no da para más- en el programa de La Sexta Noche del día séptimo del mes sexto de este año 14 de desgracia del siglo XXI: entonces, nosotros nos fijábamos en los paises más prósperos y avanzados de Europa, como Inglaterra, Suecia, Noruega, todos Monarquías... decía más o menos así el 'ex-delegado de la clase'.
Este discurso de referirse a los países más avanzados de Europa con la Monarquía como forma de estado, no es monopolio de Marhuenda; ha sido repetido hasta la hartura por un sector de los mass-media de forma periódica y vehemente: tanto los monárquicos que nos quieren adoctrinar en su 'abecé', como los aznaristas, autonominados como interpretadores del Mundo. Parece ser la consigna para proclamar en público la Monarquía como símbolo de la democracia y el progreso, una idea que estos 'medios' y todo su apadrinamiento político dan a entender como surgida en la transición, por obra e intelecto del Borbón de turno, o del que daba la vez entonces, Adolfo Suárez, todos muy del Movimiento, y aclamada como idea original y sorprendente por la mayoría del pueblo español... que pocos años después renegó en parte de los principios del Movimiento para parir 'La Movida', respuesta musico-festiva a los 'minutos musicales' del franquismo. 


Independientemente del debate acerca de la veracidad o no del  contenido argumental en favor de la Monarquía -como contemporánea cronológica e intelectualmente a la Constitución, su autoría y su circunstancia- y el recurso a datos y estadísticas, más o menos 'científicos' para con más o menos fortuna defenderla y promocionarla, lo cierto es que esta idea de la Monarquía como forma de  Estado,  fruto del pensamiento intelectual de uno o más demócratas convencidos y desinteresados dista mucho de la realidad. Ni fue demócrata el parturiento, ni perteneció a esa Transición, tan toqueteada por toda la alcurnia política.
Para no prolongar más el misterio voy a acudir al discurso que Francisco Franco Bahamonde, al que le decían Su Excelencia el Jefe del Estado (su excrecencia la estamos padeciendo ahora con más resignación de la imaginada por él), pronunció el 22 de julio de 1969 en el Palacio de las Cortes, y mediante el cual, anunció su sucesión: 
"... Hoy no se puede decir que las monarquías representan al sector conservador de los pueblos, pues si contemplamos las monarquías de las distintas naciones del norte  europeo, tenemos que reconocer el progreso y la eficiencia social que registran, a las que dio estabilidad y garantías de continuidad..."

 En el debate de la Sexta Noche, Marhuenda, ese niño grande de mofletes bien alimentados y flequillo de colegial bobilis-curilis, desempolvó al Caudillo de la Monarquía, al Generalillo, con todo su bigote, con toda su voz de vicetiple y toda La Razón que tiene el blanco y negro.


sábado, 24 de mayo de 2014

SALIVAZO VEINTELIGENTE

Nos peemos en la intimidad con elevado animo y virtuoso esfuerzo. La recompensa, un... ¿quién ha sido?...
¡Ah, la intimidad!¡Esa entelequia!

SALIVAZO DIECINUEVO

Toda 'presona'  decente  ha de conservar intacto el precioso patrimonio del honor social de que cada uno es depositario: ese mojón compacto, marrón y de penetrante fragancia, que depositamos en la taza del báter nada más levantarnos... y que compartimos, gracias a la red de alcantarillado con el resto de la humanidad.

SALIVAZO DIECIO-CHOCHO

lA VERDADERA COPA NO ES LA COPA DE EUROPA, SINO LA DE VINO

OCHO: JORNADA DE GENUFLEXIÓN


En el 'democrático' hormiguero-termitero donde manejan el cotarro los partidos políticos, sostener dos opiniones que son contradictorias en un lapso de tiempo corto no asusta a la marabunta de tanta veces que ha padecido los "puedo-prometer-y-prometo". En la partitocrática colonia de insectos sociales, emplear lógica con proposiciones indecidibles contra la lógica fetén es el hidrato de carbono de cada día. En la hormigópolis recurrir a la moralina para repudiar y linchar la moral, es dogma de fe. En la cracia de los intermediarios, es un axioma de progreso etiquetar con dedo inquisitorial la expresión más virginal e inocente de la democracia, esto es, el referéndum; el inquisidor es el representante de la soberanía y quien ejerece de vigilante jurado de otra cosa que también llaman democracia, (¡qué cosas!), y que es quien le paga el sueldo. Los que parten el bacalao, los partidos, (¡juas, juas!) , se acogen a la enmienda del olvido o amnistía cuando les fuere menester a ellos y sus cortesanos; cuando les sale por ahí se acogen a la otra enmienda legislada por ellos mismos, por la cual se vuelve a traer lo desmemoriado del pasado inmediato en cuanto les fuere de conveniencia y si el piscolabis lo necesita se olvida/amnistía de nuevo y aquí no ha pasado nada y que viva la constitución/S.A.de-la-construcción.
En el 'yermocrático' termitero-hormiguero puede que haya buenos, pero seguro es que abundan los hijos de puta.

domingo, 18 de mayo de 2014

SIETE: SÓLO SERVIMOS PARA DARLE GUSTO AL PRURITO PUBLICITARIO

Para el hormiguero humano, cuyo éxito radica sólo en el número,  lo natural es la avidez por los deseos materiales, el narcótico deseo presente por un futuro placer efímero y por una gloria quimérica. La vaina mirmecológica,  es la de enredar a los individuos en este bucle, donde el objetivo es satisfacer un prurito publicitario, una zanahoria atada a un palo,  satisfacción que genera otra necesidad anticipada por los mercadotécnicos, y que debe ser satisfecha de nuevo, la hierba de la reina que tanto excita al asno. «Como el que, divertido, el mar navega/ y, sin moverse, vuela con el viento/ y antes que piense en acercarse, llega», ni piripintados le vienen estos versos de Quevedo, que dejan con el culo al aire al políticamente más correcto.
Lo sano es el deseo por encima de la satisfacción y la realización. Lo insano es declararse apátrida de ese mundo de los deseos, de esa patria que es la ilusión de la felicidad; por la contra, los certificadamente  sanos son todos aquellos que buscan un público que les eleve al poder a golpe de aplauso o sufragio. El médico que emite dictámen de salud/docilidad/buena-hormiga, es un mando intermedio del hormiguero. Aquel corazón indomable que está de parte del solitario y censurado iconoclasta, la oveja negra del rebaño, siempre es condenado al infarto inducido. Aquel cerebro que opta por la verdad y la cordura del más allá del bien y del mal, es internado en el psiquiátrico cuyo alcaide es la mentira. Y el mando intermedio sigue navegando por ese mar inmenso de caprichos administrativos, en un bajel sin brújula, pero dando registros de salida a babor y a estribor sin importarle el horizonte ni lo endiabladas que sean las aguas.

 " ...la  nación  no  existe,  vista  la  nulidad  de  su  espíritu  para  alumbrar  a  todos  sobre  el  auténtico  interés
común ..." - Manuel Azaña